La obra de teatro del cierre del gobierno en Estados Unidos está a punto de llegar a su fin. La última previsión del informe de Goldman Sachs indica que es muy probable que las dos cámaras del Congreso lleguen a un acuerdo en la segunda semana de noviembre, después de no poder contenerse. Esta parálisis, que ya rompió récords, finalmente llegará a su fin.
¿Pero por qué justo en este momento? Porque la presión proviene de tres frentes simultáneamente.
**Primero, los signos de colapso en la realidad concreta**: los controles de seguridad en aeropuertos y el personal de control de tráfico aéreo no han recibido sus salarios, lo que aumenta el riesgo de retrasos en los vuelos; el sistema de cupones de alimentos está fallando, poniendo en jaque a millones de familias de bajos ingresos; los contratistas de pequeñas empresas están perdiendo más de 3 mil millones de dólares semanalmente, y las cámaras de comercio y los gobiernos locales ya están presionando.
**En el plano político, los cálculos también son claros**: el 7 de noviembre, el Congreso entrará en receso. Si se sigue retrasando, ambos partidos tendrán que cargar con la culpa de “usar la vida de la gente como moneda de cambio”. Goldman Sachs estima que la probabilidad más alta es que se cierre un acuerdo de financiación a corto plazo antes de mediados de noviembre, ya que nadie quiere arruinar su imagen ante los votantes.
**Desde el punto de vista económico, la situación es aún peor**. Si el cierre se prolonga por seis semanas, se podría reducir en un punto porcentual el crecimiento del PIB del cuarto trimestre en Estados Unidos, dejando una tasa de alrededor del 1%. Además, la recuperación no comenzaría hasta principios de 2026. Lo más problemático es que el informe de empleo de septiembre ya se ha retrasado hasta que el gobierno reabra, y los datos de noviembre probablemente no saldrán hasta mediados de diciembre. Aunque el dólar podría fortalecerse a corto plazo, la falta de datos crea una mayor incertidumbre en los mercados.
Lo interesante es que las pequeñas empresas y las plataformas de reparto ya están comenzando a cubrirse con subsidios de emergencia, y las reacciones en la sociedad son cada vez más evidentes.
En resumen, la lógica es simple: cuanto más se prolongue, mayor será la grieta, y al final, nadie podrá controlar la situación. Este informe de Goldman Sachs no solo es una predicción, sino una cuenta regresiva para Washington: las fichas de dominó ya están empezando a caer.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
5 me gusta
Recompensa
5
6
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
ImpermanentSage
· hace22h
Todo es solo un juego de supervivencia.
Ver originalesResponder0
VitalikFanAccount
· 11-06 11:52
¿Así de bajo ha sido tu nivel después de tres semanas? Es típico de la ineficiencia al estilo estadounidense.
Ver originalesResponder0
EthSandwichHero
· 11-06 11:48
Estados Unidos se ha pasado de la raya
Ver originalesResponder0
MemeCoinSavant
· 11-06 11:38
Según la teoría de juegos, la Fed simplemente no va a lograrlo ahora mismo, para ser honesto.
Ver originalesResponder0
GweiWatcher
· 11-06 11:37
¡Jefe Bai, cuanto antes se decida, antes se aliviará!
Ver originalesResponder0
DeadTrades_Walking
· 11-06 11:36
Jugar a la capitalismo de mentirijillas es realmente divertido.
La obra de teatro del cierre del gobierno en Estados Unidos está a punto de llegar a su fin. La última previsión del informe de Goldman Sachs indica que es muy probable que las dos cámaras del Congreso lleguen a un acuerdo en la segunda semana de noviembre, después de no poder contenerse. Esta parálisis, que ya rompió récords, finalmente llegará a su fin.
¿Pero por qué justo en este momento? Porque la presión proviene de tres frentes simultáneamente.
**Primero, los signos de colapso en la realidad concreta**: los controles de seguridad en aeropuertos y el personal de control de tráfico aéreo no han recibido sus salarios, lo que aumenta el riesgo de retrasos en los vuelos; el sistema de cupones de alimentos está fallando, poniendo en jaque a millones de familias de bajos ingresos; los contratistas de pequeñas empresas están perdiendo más de 3 mil millones de dólares semanalmente, y las cámaras de comercio y los gobiernos locales ya están presionando.
**En el plano político, los cálculos también son claros**: el 7 de noviembre, el Congreso entrará en receso. Si se sigue retrasando, ambos partidos tendrán que cargar con la culpa de “usar la vida de la gente como moneda de cambio”. Goldman Sachs estima que la probabilidad más alta es que se cierre un acuerdo de financiación a corto plazo antes de mediados de noviembre, ya que nadie quiere arruinar su imagen ante los votantes.
**Desde el punto de vista económico, la situación es aún peor**. Si el cierre se prolonga por seis semanas, se podría reducir en un punto porcentual el crecimiento del PIB del cuarto trimestre en Estados Unidos, dejando una tasa de alrededor del 1%. Además, la recuperación no comenzaría hasta principios de 2026. Lo más problemático es que el informe de empleo de septiembre ya se ha retrasado hasta que el gobierno reabra, y los datos de noviembre probablemente no saldrán hasta mediados de diciembre. Aunque el dólar podría fortalecerse a corto plazo, la falta de datos crea una mayor incertidumbre en los mercados.
Lo interesante es que las pequeñas empresas y las plataformas de reparto ya están comenzando a cubrirse con subsidios de emergencia, y las reacciones en la sociedad son cada vez más evidentes.
En resumen, la lógica es simple: cuanto más se prolongue, mayor será la grieta, y al final, nadie podrá controlar la situación. Este informe de Goldman Sachs no solo es una predicción, sino una cuenta regresiva para Washington: las fichas de dominó ya están empezando a caer.