Esta reciente suspensión realmente refuerza un punto que los economistas han estado señalando siempre: claro, los datos del sector privado se mueven rápido y son muy específicos gracias a toda esa innovación. Pero aquí está la cuestión: simplemente no pueden igualar lo que las estadísticas oficiales aportan. Estamos hablando de amplitud, representatividad real en las poblaciones, consistencia en la que se puede confiar año tras año, transparencia genuina en la metodología y ese aspecto de responsabilidad pública. Los datos privados tienen sus ventajas, sin duda. La velocidad importa. La granularidad importa. Pero cuando necesitas la imagen completa, cuando necesitas algo en lo que todos puedan confiar y verificar, ahí es donde las estadísticas gubernamentales aún mantienen la corona. No se trata de que uno sea mejor que otro, sino de que cumplen propósitos diferentes. La tensión entre velocidad y exhaustividad, entre conocimientos propietarios y confianza pública, esa es la verdadera conversación que deberíamos tener.
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BlockchainDecoder
· Hace26m
Citando la opinión del último artículo de NBER, la fiabilidad de los datos y la velocidad realmente presentan una contradicción insalvable.
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PseudoIntellectual
· hace14h
Ah, significa que los datos requieren tiempo y atención al detalle.
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TokenToaster
· hace14h
NGL, familia... llevo diciendo esto sobre las estadísticas del gobierno desde el primer día
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AirdropHunterZhang
· hace14h
Los datos oficiales son difíciles de falsificar, pero yo sigo ganando dinero simplemente aprovechando los datos gratis.
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GateUser-bd883c58
· hace14h
¡Los datos del gobierno siguen siendo muy confiables!
Esta reciente suspensión realmente refuerza un punto que los economistas han estado señalando siempre: claro, los datos del sector privado se mueven rápido y son muy específicos gracias a toda esa innovación. Pero aquí está la cuestión: simplemente no pueden igualar lo que las estadísticas oficiales aportan. Estamos hablando de amplitud, representatividad real en las poblaciones, consistencia en la que se puede confiar año tras año, transparencia genuina en la metodología y ese aspecto de responsabilidad pública. Los datos privados tienen sus ventajas, sin duda. La velocidad importa. La granularidad importa. Pero cuando necesitas la imagen completa, cuando necesitas algo en lo que todos puedan confiar y verificar, ahí es donde las estadísticas gubernamentales aún mantienen la corona. No se trata de que uno sea mejor que otro, sino de que cumplen propósitos diferentes. La tensión entre velocidad y exhaustividad, entre conocimientos propietarios y confianza pública, esa es la verdadera conversación que deberíamos tener.