Alguien perdió bitcoins por valor de 360 millones de dólares. No fue un hacker ni un estafador, sino que fue el propio FBI quien los formateó manualmente.

La historia es bastante surrealista.

El año pasado, durante una operación, las autoridades confiscaron un disco duro en un caso judicial, en el que descansaban tranquilamente 3,400 bitcoins. Según el valor en ese momento, aproximadamente 360 millones de dólares, suficiente para que una persona común gaste en varias vidas. Pero el propietario ni siquiera reclamó ni dijo nada. ¿Y qué pasó? El ingeniero encargado de gestionar las evidencias pensó que ese disco duro ya no servía y lo formateó sin más — y el dinero se perdió.

Cuando el dueño se dio cuenta y vino a reclamar "esos son mis bitcoins", el tribunal rechazó la demanda: tú no avisaste a tiempo, ahora los datos ya están físicamente destruidos, no podemos hacer nada.

Pero eso no es lo peor.

Según estadísticas de instituciones de análisis en cadena, aproximadamente 3.7 millones de bitcoins están en un estado de "perdidos para siempre", casi una quinta parte del total. Estos bitcoins no fueron robados, sino que simplemente desaparecieron en algún rincón del mundo digital —

Alguien escribió la clave privada en un papel, y luego ese papel fue tirado como basura; alguien configuró un disco duro con una protección de contraseña súper compleja, pero olvidó la contraseña, y tras 8 intentos fallidos, quedó bloqueado para siempre, con 260 millones de dólares atrapados en ese hardware, inaccesibles para siempre.

El bitcoin es descentralizado, lo que significa que nadie puede ayudarte a recuperar la contraseña o los datos. Si lo pierdes, simplemente lo has perdido. La historia de los 3,400 bitcoins del FBI puede parecer absurda, pero en el mundo de las criptomonedas, este tipo de "evaporación humana" ocurre casi a diario.