Las cifras hablan por sí mismas: en 48 horas, 1.83 millones de cuentas fueron liquidada, 145 mil millones de yuanes evaporados. Esto no fue un desastre natural, sino una trampa cuidadosamente diseñada para matar dos pájaros de un tiro.
La línea de tiempo reconstruye la verdad. La madrugada del 11 de octubre, Bitcoin alcanzó los 126,000 dólares—los minoristas miraban las velas en rojo, con apalancamiento completo, y entraron en pánico. Unas horas después, surgió un rumor sobre aranceles, y el precio del bitcoin cayó más del 20%. 1.64 millones de posiciones largas, sin tiempo siquiera para reaccionar.
Lo más duro vino después. Los que estaban aturdidos por la caída comenzaron a hacer cortos en reversa, pensando que era una oportunidad de comprar en el fondo. Como resultado, el 13 de octubre, el precio subió un 13%, liquidando a otros 180,000 cortos. Todos los lados, sin excepción.
Este conjunto de movimientos ocultaba varios detalles: la caída del precio ocurrió después del cierre de Wall Street, cuando los operadores europeos y estadounidenses estaban durmiendo; los datos en la cadena mostraban que ballenas grandes ya habían colocado cortos con anticipación; las órdenes automatizadas de grandes volúmenes golpearon con precisión niveles clave de soporte. Los medios de comunicación colaboraron en silencio—cuando subía, llamaban a la cima del mercado alcista; cuando bajaba, decían que la burbuja había explotado; y en las recuperaciones, lo calificaban como una buena oportunidad de comprar en el fondo.
¿Quién se llevó esos 145 mil millones? Los exchanges se llenaron de comisiones por liquidaciones, los creadores de mercado controlaron la liquidez y se llevaron la ganancia, y los grandes capitalistas ya habían transferido sus activos fuera del mercado, observando desde afuera.
A los que todavía están en el mercado, unas palabras sinceras: cuando los medios hagan un gran alboroto, salgan del mercado; no persigan las subidas ni las bajadas extremas; no toquen los contratos apalancados. Recuerden, este juego nunca es justo, no usen su capital para validar los trucos de otros. Los minoristas siempre van un paso atrás, y esa diferencia de velocidad aquí significa que sus cuentas terminan en ceros.
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ForkTongue
· hace9h
tontos永远是tontos
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DaoGovernanceOfficer
· hace9h
*suspiro* los datos empíricos demuestran que los patrones de manipulación del mercado son un 83% predecibles
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SundayDegen
· hace9h
La cebolla no tiene sentimientos, siempre será la última en cosecharse.
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AlwaysMissingTops
· hace9h
Esta partida la perdí por completo.
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GasWhisperer
· hace9h
movimientos de ballenas en los libros de texto... el mempool nunca miente, para ser honesto
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SandwichTrader
· hace9h
Después de jugar durante unos años, siempre siento que no es emocionante.
#隐私币生态普涨 La masacre de mediados de octubre todavía causa pesadillas. $BTC $ETH $AIA
Las cifras hablan por sí mismas: en 48 horas, 1.83 millones de cuentas fueron liquidada, 145 mil millones de yuanes evaporados. Esto no fue un desastre natural, sino una trampa cuidadosamente diseñada para matar dos pájaros de un tiro.
La línea de tiempo reconstruye la verdad. La madrugada del 11 de octubre, Bitcoin alcanzó los 126,000 dólares—los minoristas miraban las velas en rojo, con apalancamiento completo, y entraron en pánico. Unas horas después, surgió un rumor sobre aranceles, y el precio del bitcoin cayó más del 20%. 1.64 millones de posiciones largas, sin tiempo siquiera para reaccionar.
Lo más duro vino después. Los que estaban aturdidos por la caída comenzaron a hacer cortos en reversa, pensando que era una oportunidad de comprar en el fondo. Como resultado, el 13 de octubre, el precio subió un 13%, liquidando a otros 180,000 cortos. Todos los lados, sin excepción.
Este conjunto de movimientos ocultaba varios detalles: la caída del precio ocurrió después del cierre de Wall Street, cuando los operadores europeos y estadounidenses estaban durmiendo; los datos en la cadena mostraban que ballenas grandes ya habían colocado cortos con anticipación; las órdenes automatizadas de grandes volúmenes golpearon con precisión niveles clave de soporte. Los medios de comunicación colaboraron en silencio—cuando subía, llamaban a la cima del mercado alcista; cuando bajaba, decían que la burbuja había explotado; y en las recuperaciones, lo calificaban como una buena oportunidad de comprar en el fondo.
¿Quién se llevó esos 145 mil millones? Los exchanges se llenaron de comisiones por liquidaciones, los creadores de mercado controlaron la liquidez y se llevaron la ganancia, y los grandes capitalistas ya habían transferido sus activos fuera del mercado, observando desde afuera.
A los que todavía están en el mercado, unas palabras sinceras: cuando los medios hagan un gran alboroto, salgan del mercado; no persigan las subidas ni las bajadas extremas; no toquen los contratos apalancados. Recuerden, este juego nunca es justo, no usen su capital para validar los trucos de otros. Los minoristas siempre van un paso atrás, y esa diferencia de velocidad aquí significa que sus cuentas terminan en ceros.