El indicador KGV – Una guía para la valoración de acciones

Lo esencial de un vistazo

El ratio precio-beneficio (KGV) es una de las métricas más observadas por los inversores que desean evaluar acciones. Esta cifra muestra cuántos euros gastan los inversores por cada euro de beneficio empresarial, un indicador directo de sobre o subvaloración. La correcta interpretación del KGV depende en gran medida del contexto industrial y de las perspectivas de crecimiento de la empresa.

Existen varias variantes de esta métrica, desde el PER histórico hasta el esperado, cada una con sus propias matices. Es importante saber: en las criptomonedas, el concepto clásico de PER no funciona, pero en el sector DeFi han surgido métodos de valoración alternativos.

¿De qué se trata exactamente el KGV?

El ratio precio-beneficio (KGV) representa la relación entre el precio actual de la acción y las ganancias generadas. Concretamente, el precio se divide por las ganancias por acción; el resultado indica cuán cara o barata está valorada una acción.

Para los inversores, esta relación proporciona una rápida orientación: un PER más alto indica que los participantes del mercado están valorando un crecimiento futuro. Un PER bajo puede señalar infravaloración, o bien advertir sobre riesgos que el mercado ya ha considerado.

Así se calcula el KGV

La fórmula es simple: KGV = Precio de la acción ÷ Ganancia por acción (EPS)

El valor de EPS se obtiene dividiendo la ganancia anual ( después de impuestos y dividendos preferentes ) entre el número total de acciones ordinarias en circulación. Este cálculo revela de inmediato si el precio de mercado de una acción parece justificado.

Las diferentes modalidades del KGV

KGV histórico – La retrospectiva

El llamado Trailing-PER se basa en los números de ganancias de los últimos doce meses. Esta es la variante más citada, ya que se basa en resultados reales ya ocurridos y contiene menos especulaciones.

KGV orientado al futuro – La mirada hacia adelante

El KGV a futuro utiliza pronósticos de ganancias para los próximos doce meses. Los analistas elaboran estas estimaciones basándose en análisis de tendencias y perspectivas empresariales. Este KGV puede ser más agresivo si se anticipa el crecimiento del mercado.

Absolutos vs. Relativos KGV

El KGV absoluto es la aplicación directa de la fórmula básica. El KGV relativo, por otro lado, relaciona el KGV actual con valores de comparación, como la media histórica de la empresa o el promedio de la industria.

Interpretación del KGV – El contexto es lo que cuenta

La interpretación correcta del PER requiere experiencia y conocimiento del sector. Un PER alto no es automáticamente malo; puede ser legítimo si la empresa tiene un gran potencial de crecimiento. Por otro lado, un PER bajo podría indicar oportunidades de entrada atractivas o advertir sobre riesgos comerciales.

Las industrias difieren significativamente: Las empresas tecnológicas se negocian con múltiplos de ganancias mucho más altos que las de servicios públicos, porque los inversores esperan un crecimiento más rápido allí. Por lo tanto, una comparación entre sectores es problemática y a menudo conduce a conclusiones erróneas.

¿Cuándo es el KGV más significativo?

La cifra KGV desarrolla su mayor utilidad en los siguientes escenarios:

Screening de acciones: A través de análisis sistemáticos del PER se pueden identificar valores potencialmente subvaluados. Quien busque de manera específica acciones con PER más bajos que el promedio de la industria, a menudo encontrará candidatos interesantes.

Comparación histórica: ¿Cómo ha evolucionado el PER de una empresa a lo largo del tiempo? Un aumento en los PER puede indicar expectativas crecientes, o escepticismo creciente en el caso de PER en descenso.

Comparaciones de sectores: Dentro del mismo sector, las diferencias en el PER revelan rápidamente qué títulos están valorados de manera más económica o más cara. Así se puede evaluar si las primas parecen justificadas por una gestión superior u otros factores.

Las debilidades de esta métrica

A pesar de su difusión, la cifra KGV tiene limitaciones marcadas:

Inútil en caso de pérdidas: Si una empresa tiene pérdidas, el PER no es significativo - no se puede calcular o interpretar mal.

Crecimiento no completamente reflejado: El PER se basa principalmente en ganancias actuales o históricas. El potencial de crecimiento futuro solo se refleja implícitamente a través de la valoración del mercado, no directamente en la métrica misma.

La manipulación de balances distorsiona la realidad: Las empresas pueden influir en sus ganancias reportadas a través de prácticas contables legales. Un PER alto o bajo podría, por lo tanto, basarse en cifras infladas.

Imagen incompleta: El PER no considera ni el nivel de deuda ni el flujo de caja ni otros indicadores fundamentales. Un análisis sólido, por lo tanto, siempre combina el PER con el crecimiento de ingresos, los márgenes de ganancia y las tasas de endeudamiento.

Dinámicas de la industria y diferencias en el KGV

Los valores del PER varían significativamente según el sector económico. Por lo tanto, una comparación directa solo tiene sentido dentro de la misma industria.

Las empresas de tecnología suelen tener ratios P/E más altos, ya que los inversores descuentan un crecimiento exponencial. Una empresa tecnológica con un P/E de 40 o 50 no está sobrevalorada en absoluto; es típico del mercado.

Las empresas de servicios públicos, en cambio, suelen mostrar bajos múltiplos de ganancias entre 10 y 15. Sus flujos de efectivo estables y predecibles conducen a valoraciones más moderadas. Un múltiplo de ganancias de 30 sería aquí una señal de alarma.

Quien ignora estas diferencias llega a conclusiones erróneas.

KGV y criptomonedas – Una relación difícil

La aplicación del KGV a Bitcoin, Ethereum u otras criptomonedas no es posible. La razón es fundamental: las criptomonedas no generan ganancias empresariales, no presentan informes anuales y no tienen balance como las empresas que cotizan en bolsa.

Sin embargo, hay excepciones en el ecosistema DeFi. Algunas plataformas de finanzas descentralizadas generan ingresos por comisiones y se analizan parcialmente con métricas comparables, como relacionar el precio del token con los ingresos del protocolo. Sin embargo, estos enfoques aún se encuentran en una etapa experimental y no se han estandarizado.

Sin embargo, muestran que las métricas financieras tradicionales también se están adaptando gradualmente en el mundo de las criptomonedas.

Conclusión – Una herramienta indispensable, pero no suficiente

El ratio precio-beneficio sigue siendo una de las herramientas más importantes del análisis fundamental. Proporciona información rápida y significativa sobre la valoración de acciones. Sin embargo, la correcta interpretación del PER está vinculada al conocimiento de la industria y a la comprensión del contexto.

Quien quiera utilizar el KGV no debe considerarlo de forma aislada, sino siempre combinarlo con otros indicadores: el desarrollo de ingresos, los márgenes de beneficio, las tasas de deuda y las métricas de flujo de efectivo son parte de ello. Solo así se puede formar una imagen de inversión fundamentada.

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