Las empresas están reteniendo la contratación en este momento, y honestamente, se reduce a dos dolores de cabeza principales: la incertidumbre arancelaria y la dura postura del gobierno sobre la inmigración. Los jefes simplemente no saben cómo se verán sus costos en seis meses, por lo que están jugando a lo seguro. Pero aquí está la cuestión: una vez que las empresas se adapten a esta nueva realidad y dejen de esperar a que caiga el otro zapato, es probable que veas un aumento en la contratación nuevamente. No se trata de pesimismo a largo plazo; se trata de la fase de ajuste. A medida que surja claridad sobre la dirección de la política, las empresas se sentirán más cómodas al contratar nuevo talento.
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Las empresas están reteniendo la contratación en este momento, y honestamente, se reduce a dos dolores de cabeza principales: la incertidumbre arancelaria y la dura postura del gobierno sobre la inmigración. Los jefes simplemente no saben cómo se verán sus costos en seis meses, por lo que están jugando a lo seguro. Pero aquí está la cuestión: una vez que las empresas se adapten a esta nueva realidad y dejen de esperar a que caiga el otro zapato, es probable que veas un aumento en la contratación nuevamente. No se trata de pesimismo a largo plazo; se trata de la fase de ajuste. A medida que surja claridad sobre la dirección de la política, las empresas se sentirán más cómodas al contratar nuevo talento.