¿Por qué las instituciones no se atreven a entrar en Web3 a gran escala? Aunque el ecosistema parece próspero, en realidad tiene defectos mortales.

Las características de apertura de las cadenas de bloques públicas son, en sí mismas, una espada de doble filo: la transparencia es, sin duda, una ventaja, pero para las instituciones, la privacidad, el control absoluto de los activos y el marco de cumplimiento son realmente necesidades esenciales. Ninguno puede faltar.

La dificultad actual es que la mayoría de las cadenas públicas no han pensado en cómo encontrar un punto de equilibrio entre la descentralización y las necesidades institucionales. La falta de una capa de privacidad es especialmente fatal: las operaciones institucionales son visibles en toda la red, y la exposición al riesgo no tiene dónde esconderse, ¿quién se atreve a hacerlo?

Los cambios están ocurriendo. Algunas nuevas soluciones de nodos de privacidad están comenzando a emerger, proporcionando a las instituciones una verdadera protección de la privacidad y un canal de cumplimiento, mientras se preservan las características fundamentales de la blockchain. Este avance tecnológico podría ser la clave para abrir las puertas a las instituciones. La verdadera gran era de Web3 podría estar en este punto de inflexión.