2026 podría ser el año en que finalmente veamos hacia qué dirección la IA lleva la economía global. ¿La inteligencia artificial impulsará un verdadero auge económico, o desencadenará en su lugar una crisis financiera? Quizás seamos testigos de una resistencia social generalizada a la automatización, o tal vez se desarrollen los tres escenarios simultáneamente en diferentes niveles. Los próximos 12 meses serán cruciales para revelar si la IA se convierte en un motor de crecimiento o en una fuerza desestabilizadora que reconfigura los mercados, los empleos y la sociedad tal como la conocemos.
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2026 podría ser el año en que finalmente veamos hacia qué dirección la IA lleva la economía global. ¿La inteligencia artificial impulsará un verdadero auge económico, o desencadenará en su lugar una crisis financiera? Quizás seamos testigos de una resistencia social generalizada a la automatización, o tal vez se desarrollen los tres escenarios simultáneamente en diferentes niveles. Los próximos 12 meses serán cruciales para revelar si la IA se convierte en un motor de crecimiento o en una fuerza desestabilizadora que reconfigura los mercados, los empleos y la sociedad tal como la conocemos.