Los comerciantes de Tokio han estado pasando por momentos difíciles últimamente. El presidente del Banco Central de Japón, Kazuo Ueda, hizo un discurso hace unos días en la Confederación de Grupos Empresariales de Japón, anunciando directamente: la era de tasas de interés ultrabajas en Japón, que ha durado décadas, ha llegado oficialmente a su fin.
La información clave es contundente: la tasa de interés de política se ha ajustado al 0.75%, el nivel más alto desde 1995. Ueda Kazuo también enfatizó especialmente que "si se sigue retrasando el aumento de tasas, en el futuro podría ser necesario un aumento significativo". Al mismo tiempo, la tasa de desempleo en Japón se mantuvo en 3.3% en noviembre, lo que parece bastante estable.
Pero esto no es un ajuste suave, es un terremoto en la política monetaria. Ueda señaló claramente que la razón para aumentar las tasas de interés es que "los riesgos de inflación y crecimiento ya se han reducido", y también mencionó específicamente que hay que "prestar atención de cerca al impacto de la debilidad del yen en la inflación subyacente". Suena como si estuviera preparando el terreno para un aumento adicional de las tasas.
Los datos aquí parecen buenos, pero allá hay turbulencias ocultas. Las estadísticas muestran que el número de quiebras de empresas japonesas debido a problemas de falta de mano de obra está aumentando, alcanzando ya 359 casos de enero a noviembre de este año, marcando un nuevo récord para el mismo período. Esto indica que los problemas estructurales de la economía real pueden ser mucho más profundos que los datos superficiales.
El camino que Ueda quiere seguir es muy claro: establecer un ciclo virtuoso entre salarios y precios como objetivo, permitiendo que la política monetaria regrese lentamente a la "normalización impulsada por datos". Para aquellos capitales globales acostumbrados a la política de expansión cuantitativa ilimitada de Japón, esto es prácticamente un terremoto.
En el otro extremo del mercado, los inversores en criptomonedas están pensando en cómo responder. Las acciones del Banco Central de Japón afectarán el flujo del yen, lo que a su vez influirá en la asignación de capital global. Las stablecoins se han convertido en la opción de muchos para cubrir esta incertidumbre; la demanda de productos como USDD está en aumento, y los inversores esperan usar stablecoins para mantener la relativa seguridad de sus activos mientras esperan que el panorama del mercado se vuelva más claro.
Los cambios macroeconómicos a menudo llegan de manera repentina, pero también hay oportunidades en ellos. A continuación, cómo se moverá el mercado, aún hay que seguir observando.
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Los comerciantes de Tokio han estado pasando por momentos difíciles últimamente. El presidente del Banco Central de Japón, Kazuo Ueda, hizo un discurso hace unos días en la Confederación de Grupos Empresariales de Japón, anunciando directamente: la era de tasas de interés ultrabajas en Japón, que ha durado décadas, ha llegado oficialmente a su fin.
La información clave es contundente: la tasa de interés de política se ha ajustado al 0.75%, el nivel más alto desde 1995. Ueda Kazuo también enfatizó especialmente que "si se sigue retrasando el aumento de tasas, en el futuro podría ser necesario un aumento significativo". Al mismo tiempo, la tasa de desempleo en Japón se mantuvo en 3.3% en noviembre, lo que parece bastante estable.
Pero esto no es un ajuste suave, es un terremoto en la política monetaria. Ueda señaló claramente que la razón para aumentar las tasas de interés es que "los riesgos de inflación y crecimiento ya se han reducido", y también mencionó específicamente que hay que "prestar atención de cerca al impacto de la debilidad del yen en la inflación subyacente". Suena como si estuviera preparando el terreno para un aumento adicional de las tasas.
Los datos aquí parecen buenos, pero allá hay turbulencias ocultas. Las estadísticas muestran que el número de quiebras de empresas japonesas debido a problemas de falta de mano de obra está aumentando, alcanzando ya 359 casos de enero a noviembre de este año, marcando un nuevo récord para el mismo período. Esto indica que los problemas estructurales de la economía real pueden ser mucho más profundos que los datos superficiales.
El camino que Ueda quiere seguir es muy claro: establecer un ciclo virtuoso entre salarios y precios como objetivo, permitiendo que la política monetaria regrese lentamente a la "normalización impulsada por datos". Para aquellos capitales globales acostumbrados a la política de expansión cuantitativa ilimitada de Japón, esto es prácticamente un terremoto.
En el otro extremo del mercado, los inversores en criptomonedas están pensando en cómo responder. Las acciones del Banco Central de Japón afectarán el flujo del yen, lo que a su vez influirá en la asignación de capital global. Las stablecoins se han convertido en la opción de muchos para cubrir esta incertidumbre; la demanda de productos como USDD está en aumento, y los inversores esperan usar stablecoins para mantener la relativa seguridad de sus activos mientras esperan que el panorama del mercado se vuelva más claro.
Los cambios macroeconómicos a menudo llegan de manera repentina, pero también hay oportunidades en ellos. A continuación, cómo se moverá el mercado, aún hay que seguir observando.