Se está presentando un argumento convincente sobre el futuro económico de la humanidad: a medida que la civilización avanza, nos enfrentamos a dos trayectorias paralelas. O nuestra sociedad se transforma fundamentalmente, o la IA y la robótica se vuelven lo suficientemente sofisticadas como para eliminar la escasez por completo. En cualquiera de los dos escenarios, el concepto tradicional de dinero tal como lo conocemos se vuelve obsoleto. Piénsalo: una vez que se resuelva el problema de la escasez a un nivel sistémico, los marcos económicos construidos sobre la escasez pierden su propósito fundamental. Esto plantea preguntas profundas sobre cómo podrían evolucionar los sistemas de valor en un mundo post-escasez y qué mecanismos podrían reemplazar a la moneda como el principio organizador de la sociedad.
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Se está presentando un argumento convincente sobre el futuro económico de la humanidad: a medida que la civilización avanza, nos enfrentamos a dos trayectorias paralelas. O nuestra sociedad se transforma fundamentalmente, o la IA y la robótica se vuelven lo suficientemente sofisticadas como para eliminar la escasez por completo. En cualquiera de los dos escenarios, el concepto tradicional de dinero tal como lo conocemos se vuelve obsoleto. Piénsalo: una vez que se resuelva el problema de la escasez a un nivel sistémico, los marcos económicos construidos sobre la escasez pierden su propósito fundamental. Esto plantea preguntas profundas sobre cómo podrían evolucionar los sistemas de valor en un mundo post-escasez y qué mecanismos podrían reemplazar a la moneda como el principio organizador de la sociedad.