El emperador en la retaguardia está firme como una roca, pero los soldados en la línea del frente están luchando. He visto a demasiadas personas volcarse en este juego.
¿Recuerdas la locura a principios de octubre? El Bitcoin alcanzó un histórico máximo de 126,300 dólares, y todo el mercado estaba celebrando. Sin embargo, en menos de dos meses, el precio se desplomó un 31%, y más de 190,000 personas en todo el mundo fueron liquidadas de una vez. Si retrocedemos en el calendario, el 11 de octubre fue aún más extremo: 1.66 millones de inversores fueron completamente liquidados en 24 horas debido a una ola de liquidaciones forzadas.
Detrás de estos fríos números, en realidad hay diferentes versiones de la misma historia: se vio la dirección correcta pero no se esperó la reversión, se aprovechó la oportunidad pero debido a una gestión de posiciones desastrosa, todo colapsó.
**El apalancamiento es como un cuchillo, nunca sabes cuál corte te va a afectar a ti**
El trading con apalancamiento en el mundo de las criptomonedas es realmente una espada de doble filo. Un apalancamiento de 10 veces no suena excesivo, pero tan pronto como el precio fluctúe un 10% en sentido contrario, tu margen se volatiliza. Algunas exchanges son aún más agresivas, ofreciéndote opciones de hasta 125 veces: esto significa que si el precio se mueve solo un 1%, tu cuenta se duplicará o se liquidará.
Lo más aterrador es que, una vez que el mercado comienza a convulsionar, todo el ecosistema cae en un ciclo vicioso de "pinchazo - liquidación - venta masiva - nueva liquidación". El precio de repente atraviesa la línea de liquidación, y los inversores ya están fuera antes de que puedan reaccionar. La caída abrupta de un solo tipo de moneda provoca una ola de liquidaciones concentradas, lo que a su vez empuja aún más los precios hacia abajo, activando más contratos que son liquidados forzosamente. Todo el proceso es como un dominó, una ficha que cae significa una catástrofe total.
He observado el patrón de los perdedores: abren posiciones llenos de entusiasmo, cuando tienen ganancias no dudan en apalancarse como si estuvieran en una venganza feroz, y cuando tienen pérdidas, añaden más a su posición como si estuvieran escribiendo una novela trágica con obstinación. Lo que pierden no es ante el mercado, sino ante su propia avaricia y su ignorancia sobre la gestión de posiciones.
**Cambia de mentalidad: el capital es el emperador, las ganancias son solo soldados**
Mi lógica de trading es completamente opuesta a la de la mayoría. Proteger el capital no es ser conservador, sino que es la primera regla de la supervivencia: sin capital, no hay oportunidad de recuperarse. Por eso nunca permito que las pérdidas de una sola operación superen un cierto porcentaje del total de la cuenta, incluso si la oportunidad parece tentadora, el tamaño de la posición debe obedecer al principio de riesgo. Las ganancias pueden acumularse lentamente, pero una vez que se pierde el capital, se necesita el doble de esfuerzo para volver a levantarse. En este juego, la persona que vive más tiempo es la que al final gana.
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El emperador en la retaguardia está firme como una roca, pero los soldados en la línea del frente están luchando. He visto a demasiadas personas volcarse en este juego.
¿Recuerdas la locura a principios de octubre? El Bitcoin alcanzó un histórico máximo de 126,300 dólares, y todo el mercado estaba celebrando. Sin embargo, en menos de dos meses, el precio se desplomó un 31%, y más de 190,000 personas en todo el mundo fueron liquidadas de una vez. Si retrocedemos en el calendario, el 11 de octubre fue aún más extremo: 1.66 millones de inversores fueron completamente liquidados en 24 horas debido a una ola de liquidaciones forzadas.
Detrás de estos fríos números, en realidad hay diferentes versiones de la misma historia: se vio la dirección correcta pero no se esperó la reversión, se aprovechó la oportunidad pero debido a una gestión de posiciones desastrosa, todo colapsó.
**El apalancamiento es como un cuchillo, nunca sabes cuál corte te va a afectar a ti**
El trading con apalancamiento en el mundo de las criptomonedas es realmente una espada de doble filo. Un apalancamiento de 10 veces no suena excesivo, pero tan pronto como el precio fluctúe un 10% en sentido contrario, tu margen se volatiliza. Algunas exchanges son aún más agresivas, ofreciéndote opciones de hasta 125 veces: esto significa que si el precio se mueve solo un 1%, tu cuenta se duplicará o se liquidará.
Lo más aterrador es que, una vez que el mercado comienza a convulsionar, todo el ecosistema cae en un ciclo vicioso de "pinchazo - liquidación - venta masiva - nueva liquidación". El precio de repente atraviesa la línea de liquidación, y los inversores ya están fuera antes de que puedan reaccionar. La caída abrupta de un solo tipo de moneda provoca una ola de liquidaciones concentradas, lo que a su vez empuja aún más los precios hacia abajo, activando más contratos que son liquidados forzosamente. Todo el proceso es como un dominó, una ficha que cae significa una catástrofe total.
He observado el patrón de los perdedores: abren posiciones llenos de entusiasmo, cuando tienen ganancias no dudan en apalancarse como si estuvieran en una venganza feroz, y cuando tienen pérdidas, añaden más a su posición como si estuvieran escribiendo una novela trágica con obstinación. Lo que pierden no es ante el mercado, sino ante su propia avaricia y su ignorancia sobre la gestión de posiciones.
**Cambia de mentalidad: el capital es el emperador, las ganancias son solo soldados**
Mi lógica de trading es completamente opuesta a la de la mayoría. Proteger el capital no es ser conservador, sino que es la primera regla de la supervivencia: sin capital, no hay oportunidad de recuperarse. Por eso nunca permito que las pérdidas de una sola operación superen un cierto porcentaje del total de la cuenta, incluso si la oportunidad parece tentadora, el tamaño de la posición debe obedecer al principio de riesgo. Las ganancias pueden acumularse lentamente, pero una vez que se pierde el capital, se necesita el doble de esfuerzo para volver a levantarse. En este juego, la persona que vive más tiempo es la que al final gana.