En los últimos días, el rendimiento de ETH ha sido realmente interesante. Esta ola de violento Vela de mecha larga antes y después de Navidad no solo ha dejado aturdidos a los posiciones en largo, sino que los posiciones en corto tampoco han salido beneficiados. ¿Qué ha sucedido realmente detrás de esto?
Comencemos hablando del entorno del mercado. Durante la semana de Navidad, los inversores institucionales extranjeros básicamente entraron en modo de vacaciones, y el volumen de transacciones en todo el mercado disminuyó notablemente. En este entorno de falta de liquidez, una pequeña cantidad de fondos puede generar grandes ondas. Además, a finales de año, varios tipos de fondos están realizando liquidaciones anuales y recuperaciones, y algunos fondos a corto plazo, aprovechando la volatilidad, buscan salir rápidamente, lo que crea un mercado que es fácil de "limpiar".
La clave es cómo juzgar si esta ola de Vela de mecha larga es realmente el gran capital "limpiando el mercado" o si realmente van a atacar. Aquí hay dos indicadores duros que vale la pena observar:
El primero es la velocidad de rebote después de la Vela de mecha larga. Esta vez, ETH recuperó la mayor parte de la caída en menos de una hora después de la Vela de mecha larga. ¿Qué significa esta velocidad? Significa que la disposición de los fondos en la parte inferior para comprar es muy fuerte. Si los principales actores realmente quisieran escapar, no habrían dado al mercado una oportunidad de rebote tan rápida; deberían haber seguido presionando a la baja.
El segundo es el rendimiento del nivel de soporte clave. Este rebote se ha estabilizado justo en un importante nivel de soporte anterior, y mantener esta posición tiene un gran significado: indica que el sistema de soporte por debajo está completo. Por otro lado, si se tratara de una verdadera venta masiva, estos niveles clave ya habrían sido penetrados, y no habrían podido volver a mantenerse.
Al combinar estos dos detalles, la vela de mecha larga parece más una operación de lavado. Los objetivos son, sin duda, dos: limpiar los chips flotantes y probar la voluntad en la parte inferior. A juzgar por los resultados, la resiliencia del mercado sigue ahí.
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En los últimos días, el rendimiento de ETH ha sido realmente interesante. Esta ola de violento Vela de mecha larga antes y después de Navidad no solo ha dejado aturdidos a los posiciones en largo, sino que los posiciones en corto tampoco han salido beneficiados. ¿Qué ha sucedido realmente detrás de esto?
Comencemos hablando del entorno del mercado. Durante la semana de Navidad, los inversores institucionales extranjeros básicamente entraron en modo de vacaciones, y el volumen de transacciones en todo el mercado disminuyó notablemente. En este entorno de falta de liquidez, una pequeña cantidad de fondos puede generar grandes ondas. Además, a finales de año, varios tipos de fondos están realizando liquidaciones anuales y recuperaciones, y algunos fondos a corto plazo, aprovechando la volatilidad, buscan salir rápidamente, lo que crea un mercado que es fácil de "limpiar".
La clave es cómo juzgar si esta ola de Vela de mecha larga es realmente el gran capital "limpiando el mercado" o si realmente van a atacar. Aquí hay dos indicadores duros que vale la pena observar:
El primero es la velocidad de rebote después de la Vela de mecha larga. Esta vez, ETH recuperó la mayor parte de la caída en menos de una hora después de la Vela de mecha larga. ¿Qué significa esta velocidad? Significa que la disposición de los fondos en la parte inferior para comprar es muy fuerte. Si los principales actores realmente quisieran escapar, no habrían dado al mercado una oportunidad de rebote tan rápida; deberían haber seguido presionando a la baja.
El segundo es el rendimiento del nivel de soporte clave. Este rebote se ha estabilizado justo en un importante nivel de soporte anterior, y mantener esta posición tiene un gran significado: indica que el sistema de soporte por debajo está completo. Por otro lado, si se tratara de una verdadera venta masiva, estos niveles clave ya habrían sido penetrados, y no habrían podido volver a mantenerse.
Al combinar estos dos detalles, la vela de mecha larga parece más una operación de lavado. Los objetivos son, sin duda, dos: limpiar los chips flotantes y probar la voluntad en la parte inferior. A juzgar por los resultados, la resiliencia del mercado sigue ahí.