¿Recuerdas esa tendencia de 2020? El oro subió primero, y los medios de comunicación en todas partes hablaban de refugio, inflación y colapso del dólar. ¿Y qué pasó? Bitcoin fue martirizado una y otra vez por debajo de su antiguo máximo, aguantando a duras penas y matando a muchos que no tenían paciencia. Todos saben lo que ocurrió después.
En el mercado actual, casi estamos replicando la misma historia de 2020. El oro vuelve a alcanzar máximos históricos, con una subida que ya supera el 70%. ¿Y Bitcoin? Sigue rondando los 88,000 dólares, con una caída cercana al 30% desde su pico de octubre. Ahora hay más voces optimistas sobre el oro, mientras que en el lado de Bitcoin predominan las dudas y las críticas.
Desde una perspectiva macro, echemos un vistazo: la Reserva Federal ha bajado las tasas de interés en 3 ocasiones consecutivas, el Departamento del Tesoro ha aumentado en 40 mil millones de dólares la compra mensual de bonos del gobierno, y la oferta monetaria M2 a nivel global ha alcanzado un récord histórico. En una frase: la liquidez claramente está retornando, con una certeza muy fuerte.
¿Y a dónde fue ese dinero? La historia de los dos ciclos anteriores nos dice que el primer destino del flujo de capitales es el oro. Pero aquí hay un problema clave: el oro ya ha entrado claramente en una zona de sobrecompra, y el espacio para seguir subiendo se está reduciendo constantemente. La historia es así: cuando la tendencia del oro se desacelera y su atractivo disminuye, el capital empieza a buscar "lugares con mayor elasticidad".
Bitcoin, precisamente, es el activo con mayor elasticidad en este momento. La capitalización del oro es de aproximadamente 31 billones de dólares, mientras que Bitcoin solo tiene 1.75 billones. Si la capitalización de Bitcoin subiera solo al 30% de la del oro, su precio podría alcanzar los 450,000 dólares.
Por eso, lo que estamos viendo ahora no es que Bitcoin sea débil, sino que esta historia aún no ha llegado a su capítulo. La verdadera gran tendencia no comienza cuando el oro está en su punto más extremo, sino en el momento en que deja de ser "sexy" y el flujo de fondos empieza a redistribuirse. La historia no se repite exactamente, pero las leyes sí que lo hacen.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
¿Recuerdas esa tendencia de 2020? El oro subió primero, y los medios de comunicación en todas partes hablaban de refugio, inflación y colapso del dólar. ¿Y qué pasó? Bitcoin fue martirizado una y otra vez por debajo de su antiguo máximo, aguantando a duras penas y matando a muchos que no tenían paciencia. Todos saben lo que ocurrió después.
En el mercado actual, casi estamos replicando la misma historia de 2020. El oro vuelve a alcanzar máximos históricos, con una subida que ya supera el 70%. ¿Y Bitcoin? Sigue rondando los 88,000 dólares, con una caída cercana al 30% desde su pico de octubre. Ahora hay más voces optimistas sobre el oro, mientras que en el lado de Bitcoin predominan las dudas y las críticas.
Desde una perspectiva macro, echemos un vistazo: la Reserva Federal ha bajado las tasas de interés en 3 ocasiones consecutivas, el Departamento del Tesoro ha aumentado en 40 mil millones de dólares la compra mensual de bonos del gobierno, y la oferta monetaria M2 a nivel global ha alcanzado un récord histórico. En una frase: la liquidez claramente está retornando, con una certeza muy fuerte.
¿Y a dónde fue ese dinero? La historia de los dos ciclos anteriores nos dice que el primer destino del flujo de capitales es el oro. Pero aquí hay un problema clave: el oro ya ha entrado claramente en una zona de sobrecompra, y el espacio para seguir subiendo se está reduciendo constantemente. La historia es así: cuando la tendencia del oro se desacelera y su atractivo disminuye, el capital empieza a buscar "lugares con mayor elasticidad".
Bitcoin, precisamente, es el activo con mayor elasticidad en este momento. La capitalización del oro es de aproximadamente 31 billones de dólares, mientras que Bitcoin solo tiene 1.75 billones. Si la capitalización de Bitcoin subiera solo al 30% de la del oro, su precio podría alcanzar los 450,000 dólares.
Por eso, lo que estamos viendo ahora no es que Bitcoin sea débil, sino que esta historia aún no ha llegado a su capítulo. La verdadera gran tendencia no comienza cuando el oro está en su punto más extremo, sino en el momento en que deja de ser "sexy" y el flujo de fondos empieza a redistribuirse. La historia no se repite exactamente, pero las leyes sí que lo hacen.