El gigante de la minería que alguna vez controló el 70% de la potencia de hash de Bitcoin en todo el mundo, finalmente fue destruido por una lucha interna.

En 2013, Wu Jihan y Jiang Jitao decidieron fundar Bitmain juntos. El primero, originario de la Universidad de Pekín con estudios en economía, fue uno de los primeros en promover Bitcoin en China e incluso tradujo el whitepaper de Satoshi Nakamoto; el segundo, proveniente del Instituto de Microelectrónica de la Academia China de Ciencias, había trabajado en el campo de los circuitos integrados durante 15 años. Uno entendía los mercados financieros, el otro dominaba la tecnología de chips—una combinación que parecía hecha a medida.

Y así fue. El equipo liderado por Jiang Jitao desarrolló en solo medio año el primer chip de la serie AntMiner S1, con una velocidad increíblemente rápida. Para 2017, Bitmain ya controlaba más del 70% del mercado mundial de chips de potencia de hash de Bitcoin, convirtiéndose en el líder indiscutible de la industria. Un brillo que no podía ser mayor.

Pero el problema también empezó a sembrarse en su apogeo. En mayo de 2020, ocurrió un escándalo en el Centro de Servicios Gubernamentales de Haidian, Pekín: más de 60 hombres bloquearon la oficina de licencias comerciales, y los dos fundadores se enfrentaron de manera definitiva. Esa escena reflejaba cuán profundas eran las grietas entre ellos.

Mirando hacia atrás en la historia de Bitmain, no es tanto la historia del auge y caída de una empresa, sino un reflejo de toda la industria de las criptomonedas. He observado este campo durante muchos años y hoy quiero hablar sobre las causas y consecuencias de las luchas internas en esta compañía, además de algunas cosas que se pueden entender en el fondo.

Esa combinación aparentemente perfecta en realidad escondía diferencias fatales desde el principio. A primera vista, parecía una pareja ideal: uno se encargaba de la estrategia y financiamiento, el otro de la investigación y desarrollo técnico, cada uno en su rol. Pero los fundadores nunca lograron entenderse realmente en cuanto a la dirección de la empresa, el poder de decisión y los objetivos a largo plazo. Esa fue la raíz de todos los conflictos posteriores.