El yen japonés ha caído a niveles no vistos desde principios de marzo, alcanzando 155.29 frente al dólar en la sesión asiática del martes. Esta depreciación refleja un cambio más amplio en las expectativas del mercado respecto a la política monetaria de EE. UU., ya que los inversores han reducido drásticamente sus apuestas sobre una reducción de la tasa de la Reserva Federal programada para el 10 de diciembre.
La narrativa cambiante sobre el recorte de tasas
Los datos de futuros de fondos federales cuentan una historia convincente: la probabilidad de un recorte de 25 puntos básicos se ha comprimido hasta solo el 43%, un giro brusco desde el 62% que los operadores estaban valorando hace apenas siete días. Esta rápida disminución en las expectativas de recorte de tasas ha alterado fundamentalmente la dinámica de las divisas, fortaleciendo al dólar mientras empuja al yen a niveles incómodos para los responsables políticos de Tokio.
Las próximas cifras de empleo, que se publicarán el jueves, están llamadas a ser un catalizador crítico a corto plazo, pudiendo reforzar o desafiar el consenso actual sobre la política de la Fed.
Aumentan las preocupaciones sobre la política de Japón
La ministra de Finanzas de Japón, Satsuki Katayama, ha señalado abiertamente los riesgos que plantean los “movimientos rápidos y unilaterales” en los mercados de divisas. La preocupación del gobierno proviene de una lógica económica bien fundamentada: una debilidad del yen sin control puede distorsionar los precios de importación, afectar el poder adquisitivo y complicar la planificación fiscal.
Se espera que una reunión programada entre la primera ministra Sanae Takaichi y el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, aborde estas presiones hoy, destacando la tensión entre la preferencia de Tokio por políticas acomodaticias (que generalmente apoyan la depreciación del yen) y la necesidad de gestionar la volatilidad de la moneda.
El mercado laboral de EE. UU. envía señales mixtas
La debilidad en las expectativas de recorte de tasas está fuertemente influenciada por señales mixtas del mercado laboral. El vicepresidente de la Fed, Philip Jefferson, calificó las condiciones de contratación como “lentas”, señalando que los empleadores se han mostrado reacios a ampliar las nóminas en medio de la incertidumbre política y las tendencias de automatización impulsadas por IA. Los analistas de ING observaron que, incluso si la Fed hace una pausa en diciembre, “probablemente será una pausa temporal”, y los movimientos futuros dependerán en gran medida de la trayectoria de los datos de empleo.
Implicaciones más amplias en el mercado
La caída del yen y el cambio en las expectativas de tasas han tenido repercusiones en todas las clases de activos. Los tres principales índices bursátiles de EE. UU. retrocedieron a medida que el sentimiento de los inversores se debilitaba. Los rendimientos de los bonos del Tesoro se ajustaron en consecuencia: el bono a dos años bajó 0.2 puntos básicos hasta 3.6039%, mientras que el de 10 años subió 0.6 puntos básicos hasta 4.1366%.
Los movimientos en las divisas se extendieron más allá del par yen-dólar. El euro se mantuvo estable en $1.1594, la libra esterlina cayó un 0.1% hasta $1.3149 (marcando su tercera caída consecutiva), el dólar australiano se estabilizó en $0.6493 y el dólar neozelandés permaneció sin cambios en $0.56535. Estos movimientos en conjunto sugieren que el sentimiento de aversión al riesgo está ganando terreno en los mercados globales.
Los próximos días serán cruciales; a medida que fluyan los datos económicos, los participantes del mercado reevaluarán sus suposiciones sobre la política de la Fed, probablemente determinando la trayectoria tanto del yen como de los mercados de divisas en general.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
El aumento del dólar deja al yen en mínimos de nueve meses mientras desaparecen las expectativas de recorte de tasas
El yen japonés ha caído a niveles no vistos desde principios de marzo, alcanzando 155.29 frente al dólar en la sesión asiática del martes. Esta depreciación refleja un cambio más amplio en las expectativas del mercado respecto a la política monetaria de EE. UU., ya que los inversores han reducido drásticamente sus apuestas sobre una reducción de la tasa de la Reserva Federal programada para el 10 de diciembre.
La narrativa cambiante sobre el recorte de tasas
Los datos de futuros de fondos federales cuentan una historia convincente: la probabilidad de un recorte de 25 puntos básicos se ha comprimido hasta solo el 43%, un giro brusco desde el 62% que los operadores estaban valorando hace apenas siete días. Esta rápida disminución en las expectativas de recorte de tasas ha alterado fundamentalmente la dinámica de las divisas, fortaleciendo al dólar mientras empuja al yen a niveles incómodos para los responsables políticos de Tokio.
Las próximas cifras de empleo, que se publicarán el jueves, están llamadas a ser un catalizador crítico a corto plazo, pudiendo reforzar o desafiar el consenso actual sobre la política de la Fed.
Aumentan las preocupaciones sobre la política de Japón
La ministra de Finanzas de Japón, Satsuki Katayama, ha señalado abiertamente los riesgos que plantean los “movimientos rápidos y unilaterales” en los mercados de divisas. La preocupación del gobierno proviene de una lógica económica bien fundamentada: una debilidad del yen sin control puede distorsionar los precios de importación, afectar el poder adquisitivo y complicar la planificación fiscal.
Se espera que una reunión programada entre la primera ministra Sanae Takaichi y el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, aborde estas presiones hoy, destacando la tensión entre la preferencia de Tokio por políticas acomodaticias (que generalmente apoyan la depreciación del yen) y la necesidad de gestionar la volatilidad de la moneda.
El mercado laboral de EE. UU. envía señales mixtas
La debilidad en las expectativas de recorte de tasas está fuertemente influenciada por señales mixtas del mercado laboral. El vicepresidente de la Fed, Philip Jefferson, calificó las condiciones de contratación como “lentas”, señalando que los empleadores se han mostrado reacios a ampliar las nóminas en medio de la incertidumbre política y las tendencias de automatización impulsadas por IA. Los analistas de ING observaron que, incluso si la Fed hace una pausa en diciembre, “probablemente será una pausa temporal”, y los movimientos futuros dependerán en gran medida de la trayectoria de los datos de empleo.
Implicaciones más amplias en el mercado
La caída del yen y el cambio en las expectativas de tasas han tenido repercusiones en todas las clases de activos. Los tres principales índices bursátiles de EE. UU. retrocedieron a medida que el sentimiento de los inversores se debilitaba. Los rendimientos de los bonos del Tesoro se ajustaron en consecuencia: el bono a dos años bajó 0.2 puntos básicos hasta 3.6039%, mientras que el de 10 años subió 0.6 puntos básicos hasta 4.1366%.
Los movimientos en las divisas se extendieron más allá del par yen-dólar. El euro se mantuvo estable en $1.1594, la libra esterlina cayó un 0.1% hasta $1.3149 (marcando su tercera caída consecutiva), el dólar australiano se estabilizó en $0.6493 y el dólar neozelandés permaneció sin cambios en $0.56535. Estos movimientos en conjunto sugieren que el sentimiento de aversión al riesgo está ganando terreno en los mercados globales.
Los próximos días serán cruciales; a medida que fluyan los datos económicos, los participantes del mercado reevaluarán sus suposiciones sobre la política de la Fed, probablemente determinando la trayectoria tanto del yen como de los mercados de divisas en general.