Los precios continúan disparándose, y el poder adquisitivo del efectivo en mano va disminuyendo gradualmente — esto es la inflación. En pocas palabras, la inflación significa que cada vez puedes comprar menos con la misma cantidad de dinero. Utilizamos el “Índice de Precios al Consumidor” (IPC) para cuantificar este cambio.
En los últimos años, los precios en Taiwán han estado disparándose rápidamente, por lo que el banco central ha aumentado las tasas de interés en 5 ocasiones consecutivas. ¿Qué refleja esta política? ¿Por qué subir las tasas ayuda a controlar la inflación? ¿Y cómo deberían actuar los inversores?
La causa fundamental de la inflación: desequilibrio entre oferta y demanda
Cuando hay demasiado dinero circulando en la economía y los bienes son relativamente escasos, se desencadena la inflación. Este fenómeno tiene varias causas principales:
Inflación impulsada por la demanda
Cuando la demanda de bienes aumenta, las empresas incrementan la producción para responder, y los precios también suben. Tras obtener mayores beneficios, las empresas invierten y consumen más, estimulando aún más la demanda, formando un ciclo virtuoso. Aunque esta inflación eleva los precios, también impulsa el crecimiento económico (aumento del PIB), y los gobiernos suelen ver esto con buenos ojos.
Inflación por presión de costos
El aumento en los precios de materias primas y energía eleva directamente los costos de producción. Durante el conflicto Rusia-Ucrania en 2022, las importaciones europeas se vieron obstaculizadas, causando escasez de energía, con precios del petróleo y gas multiplicados por 10, y la tasa de IPC en la zona euro superó el 10%, alcanzando niveles históricos. Este tipo de inflación reduce la producción total de la sociedad y provoca una caída del PIB, algo que los gobiernos quieren evitar.
Superemisión de dinero
La emisión descontrolada de dinero por parte del gobierno genera inflación. Taiwán en los años 50 ya sufrió esta crisis: tras la guerra, el gobierno emitió mucho dinero para cubrir déficits, y los precios subieron hasta que 8 millones de francos franceses solo valían 1 dólar estadounidense.
Expectativas psicológicas
Si la gente espera que los precios suban en el futuro, adelantará sus compras y pedirá aumentos salariales. Los comerciantes, a su vez, subirán los precios, creando un ciclo de inflación autoalimentado. Una vez que estas expectativas se forman, son difíciles de revertir, por lo que los bancos centrales hacen declaraciones activas para controlar la inflación.
¿Por qué subir las tasas ayuda a frenar la inflación?
Subir las tasas de interés aumenta el costo de los préstamos. Cuando la tasa pasa del 1% al 5%, pedir un préstamo de 100 millones significa pagar de intereses anualmente de 1,000,000 a 5,000,000. Este alto costo de endeudamiento hace que las personas sean reacias a tomar créditos y prefieran ahorrar, disminuyendo la capacidad de compra del mercado, lo que reduce la demanda de bienes y, en consecuencia, los precios bajan.
Pero esto tiene un precio claro: la menor demanda provoca despidos, aumento del desempleo, desaceleración del crecimiento económico e incluso crisis. En 2022, la Reserva Federal subió las tasas en 7 ocasiones, alcanzando un 4.5%, lo que provocó una caída del 19% en el índice S&P 500 y una caída del 33% en el Nasdaq.
Los beneficios ocultos de una inflación moderada
Muchas personas temen la inflación, pero ignoran que una inflación moderada tiene efectos positivos en la economía. Cuando la gente espera que los bienes sean más caros en el futuro, aumenta su consumo, las empresas ven buenas perspectivas y realizan más inversiones, lo que incrementa la oferta de productos y, en consecuencia, el PIB.
Los datos de China a principios de los 2000 ilustran esto claramente: cuando el IPC subió del 0 al 5%, el crecimiento del PIB también pasó del 8% a más del 10%. Por el contrario, cuando la inflación es negativa (deflación), la economía entra en dificultades. Japón, en los años 90, tras el estallido de su burbuja económica, entró en deflación, los precios se estancaron y los consumidores prefirieron ahorrar, lo que llevó a un crecimiento negativo del PIB y a los “treinta años perdidos”.
Por ello, los bancos centrales de todos los países establecen metas de inflación entre el 2% y el 5%. Estados Unidos, Europa, Reino Unido y Japón, entre otros países desarrollados, suelen apuntar a un 2%-3%.
Para las personas, la inflación es especialmente beneficiosa para quienes tienen deudas. Aunque el efectivo se devalúa, las deudas que hay que pagar en realidad también disminuyen en valor. Hace 20 años, si se pidió un préstamo de 100 millones para comprar una casa con una inflación del 3%, tras 20 años, esa deuda valdría aproximadamente 55 millones, reduciéndose en casi la mitad. Por eso, en períodos de alta inflación, quienes compran activos (como bienes raíces, acciones, metales preciosos) con deuda son los que más se benefician.
Rendimiento del mercado de valores en un entorno inflacionario
La baja inflación favorece las acciones, la alta inflación las perjudica. En períodos de baja inflación, los fondos del mercado se dirigen a las acciones, impulsando sus precios; en períodos de repunte de la inflación, los bancos centrales adoptan políticas restrictivas y los precios de las acciones caen.
2022 fue un ejemplo típico. La inflación en EE. UU. en junio alcanzó un 9.1% interanual, un nivel de 40 años. Para frenar la inflación, la Reserva Federal implementó una subida agresiva de tasas, y el mercado bursátil tuvo su peor desempeño en 14 años. Sin embargo, las acciones del sector energético tuvieron un rendimiento excepcional.
Los datos históricos muestran que, en entornos de alta inflación, las acciones de las empresas energéticas tienden a subir en contra de la tendencia general. En 2022, el sector energético en EE. UU. tuvo una rentabilidad superior al 60%, con Occidental Petroleum subiendo un 111% y ExxonMobil un 74%. Esto se debe a que la alta inflación suele ir acompañada de precios del petróleo elevados, lo que aumenta directamente las ganancias de las empresas energéticas.
Estrategias de asignación de activos en un entorno inflacionario
La clave para afrontar la inflación es diversificar en diferentes activos. Cada uno se comporta de manera distinta en este entorno:
Bienes raíces
Durante la inflación, la liquidez social es abundante y el dinero fluye hacia los bienes raíces, impulsando los precios.
Metales preciosos (oro, plata)
El oro tiene una relación inversa con las tasas de interés reales (tasa nominal menos inflación). Cuanto mayor sea la inflación, menor será la tasa de interés real y más atractivo será el oro.
Acciones
Su rendimiento a corto plazo puede variar, pero a largo plazo suelen superar la inflación.
Divisas (como el dólar estadounidense)
En entornos de alta inflación, los bancos centrales tienden a subir las tasas de interés de forma agresiva, fortaleciendo la moneda y haciendo que el dólar se aprecie claramente.
Estrategia de asignación razonable: distribuir proporcionalmente el capital entre acciones, oro y dólares, permitiendo participar en el crecimiento del mercado accionario, beneficiarse de la protección del oro y de la apreciación del dólar, y logrando una diversificación efectiva del riesgo.
Resumen
La inflación es un proceso en el que los precios suben continuamente y el poder de compra del dinero disminuye. Una inflación moderada fomenta el crecimiento económico, pero una inflación excesiva causa daños. Aunque subir las tasas ayuda a controlar la inflación, también puede desacelerar la economía y aumentar el desempleo.
Los inversores deben entender que, en un entorno inflacionario, el rendimiento de diferentes activos varía mucho. Con una adecuada asignación en acciones, oro y dólares, se puede evitar la pérdida de valor del efectivo y lograr un crecimiento estable en medio de las turbulencias económicas. La clave está en ajustar la cartera según la tolerancia al riesgo y no en esperar pasivamente que la inflación destruya la riqueza.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Guía de inversión en un entorno de inflación: de fenómenos económicos a estrategias de asignación de activos
Conoce la inflación: por qué el dinero se devalúa
Los precios continúan disparándose, y el poder adquisitivo del efectivo en mano va disminuyendo gradualmente — esto es la inflación. En pocas palabras, la inflación significa que cada vez puedes comprar menos con la misma cantidad de dinero. Utilizamos el “Índice de Precios al Consumidor” (IPC) para cuantificar este cambio.
En los últimos años, los precios en Taiwán han estado disparándose rápidamente, por lo que el banco central ha aumentado las tasas de interés en 5 ocasiones consecutivas. ¿Qué refleja esta política? ¿Por qué subir las tasas ayuda a controlar la inflación? ¿Y cómo deberían actuar los inversores?
La causa fundamental de la inflación: desequilibrio entre oferta y demanda
Cuando hay demasiado dinero circulando en la economía y los bienes son relativamente escasos, se desencadena la inflación. Este fenómeno tiene varias causas principales:
Inflación impulsada por la demanda
Cuando la demanda de bienes aumenta, las empresas incrementan la producción para responder, y los precios también suben. Tras obtener mayores beneficios, las empresas invierten y consumen más, estimulando aún más la demanda, formando un ciclo virtuoso. Aunque esta inflación eleva los precios, también impulsa el crecimiento económico (aumento del PIB), y los gobiernos suelen ver esto con buenos ojos.
Inflación por presión de costos
El aumento en los precios de materias primas y energía eleva directamente los costos de producción. Durante el conflicto Rusia-Ucrania en 2022, las importaciones europeas se vieron obstaculizadas, causando escasez de energía, con precios del petróleo y gas multiplicados por 10, y la tasa de IPC en la zona euro superó el 10%, alcanzando niveles históricos. Este tipo de inflación reduce la producción total de la sociedad y provoca una caída del PIB, algo que los gobiernos quieren evitar.
Superemisión de dinero
La emisión descontrolada de dinero por parte del gobierno genera inflación. Taiwán en los años 50 ya sufrió esta crisis: tras la guerra, el gobierno emitió mucho dinero para cubrir déficits, y los precios subieron hasta que 8 millones de francos franceses solo valían 1 dólar estadounidense.
Expectativas psicológicas
Si la gente espera que los precios suban en el futuro, adelantará sus compras y pedirá aumentos salariales. Los comerciantes, a su vez, subirán los precios, creando un ciclo de inflación autoalimentado. Una vez que estas expectativas se forman, son difíciles de revertir, por lo que los bancos centrales hacen declaraciones activas para controlar la inflación.
¿Por qué subir las tasas ayuda a frenar la inflación?
Subir las tasas de interés aumenta el costo de los préstamos. Cuando la tasa pasa del 1% al 5%, pedir un préstamo de 100 millones significa pagar de intereses anualmente de 1,000,000 a 5,000,000. Este alto costo de endeudamiento hace que las personas sean reacias a tomar créditos y prefieran ahorrar, disminuyendo la capacidad de compra del mercado, lo que reduce la demanda de bienes y, en consecuencia, los precios bajan.
Pero esto tiene un precio claro: la menor demanda provoca despidos, aumento del desempleo, desaceleración del crecimiento económico e incluso crisis. En 2022, la Reserva Federal subió las tasas en 7 ocasiones, alcanzando un 4.5%, lo que provocó una caída del 19% en el índice S&P 500 y una caída del 33% en el Nasdaq.
Los beneficios ocultos de una inflación moderada
Muchas personas temen la inflación, pero ignoran que una inflación moderada tiene efectos positivos en la economía. Cuando la gente espera que los bienes sean más caros en el futuro, aumenta su consumo, las empresas ven buenas perspectivas y realizan más inversiones, lo que incrementa la oferta de productos y, en consecuencia, el PIB.
Los datos de China a principios de los 2000 ilustran esto claramente: cuando el IPC subió del 0 al 5%, el crecimiento del PIB también pasó del 8% a más del 10%. Por el contrario, cuando la inflación es negativa (deflación), la economía entra en dificultades. Japón, en los años 90, tras el estallido de su burbuja económica, entró en deflación, los precios se estancaron y los consumidores prefirieron ahorrar, lo que llevó a un crecimiento negativo del PIB y a los “treinta años perdidos”.
Por ello, los bancos centrales de todos los países establecen metas de inflación entre el 2% y el 5%. Estados Unidos, Europa, Reino Unido y Japón, entre otros países desarrollados, suelen apuntar a un 2%-3%.
Para las personas, la inflación es especialmente beneficiosa para quienes tienen deudas. Aunque el efectivo se devalúa, las deudas que hay que pagar en realidad también disminuyen en valor. Hace 20 años, si se pidió un préstamo de 100 millones para comprar una casa con una inflación del 3%, tras 20 años, esa deuda valdría aproximadamente 55 millones, reduciéndose en casi la mitad. Por eso, en períodos de alta inflación, quienes compran activos (como bienes raíces, acciones, metales preciosos) con deuda son los que más se benefician.
Rendimiento del mercado de valores en un entorno inflacionario
La baja inflación favorece las acciones, la alta inflación las perjudica. En períodos de baja inflación, los fondos del mercado se dirigen a las acciones, impulsando sus precios; en períodos de repunte de la inflación, los bancos centrales adoptan políticas restrictivas y los precios de las acciones caen.
2022 fue un ejemplo típico. La inflación en EE. UU. en junio alcanzó un 9.1% interanual, un nivel de 40 años. Para frenar la inflación, la Reserva Federal implementó una subida agresiva de tasas, y el mercado bursátil tuvo su peor desempeño en 14 años. Sin embargo, las acciones del sector energético tuvieron un rendimiento excepcional.
Los datos históricos muestran que, en entornos de alta inflación, las acciones de las empresas energéticas tienden a subir en contra de la tendencia general. En 2022, el sector energético en EE. UU. tuvo una rentabilidad superior al 60%, con Occidental Petroleum subiendo un 111% y ExxonMobil un 74%. Esto se debe a que la alta inflación suele ir acompañada de precios del petróleo elevados, lo que aumenta directamente las ganancias de las empresas energéticas.
Estrategias de asignación de activos en un entorno inflacionario
La clave para afrontar la inflación es diversificar en diferentes activos. Cada uno se comporta de manera distinta en este entorno:
Bienes raíces
Durante la inflación, la liquidez social es abundante y el dinero fluye hacia los bienes raíces, impulsando los precios.
Metales preciosos (oro, plata)
El oro tiene una relación inversa con las tasas de interés reales (tasa nominal menos inflación). Cuanto mayor sea la inflación, menor será la tasa de interés real y más atractivo será el oro.
Acciones
Su rendimiento a corto plazo puede variar, pero a largo plazo suelen superar la inflación.
Divisas (como el dólar estadounidense)
En entornos de alta inflación, los bancos centrales tienden a subir las tasas de interés de forma agresiva, fortaleciendo la moneda y haciendo que el dólar se aprecie claramente.
Estrategia de asignación razonable: distribuir proporcionalmente el capital entre acciones, oro y dólares, permitiendo participar en el crecimiento del mercado accionario, beneficiarse de la protección del oro y de la apreciación del dólar, y logrando una diversificación efectiva del riesgo.
Resumen
La inflación es un proceso en el que los precios suben continuamente y el poder de compra del dinero disminuye. Una inflación moderada fomenta el crecimiento económico, pero una inflación excesiva causa daños. Aunque subir las tasas ayuda a controlar la inflación, también puede desacelerar la economía y aumentar el desempleo.
Los inversores deben entender que, en un entorno inflacionario, el rendimiento de diferentes activos varía mucho. Con una adecuada asignación en acciones, oro y dólares, se puede evitar la pérdida de valor del efectivo y lograr un crecimiento estable en medio de las turbulencias económicas. La clave está en ajustar la cartera según la tolerancia al riesgo y no en esperar pasivamente que la inflación destruya la riqueza.