## El secreto de la asignación de activos: cómo la edad, la tolerancia al riesgo y el entorno del mercado determinan tu cartera



Muchos piensan que invertir es muy complicado, pero en realidad la lógica central es sencilla—**no pongas todos los huevos en una sola cesta**. Esa es la esencia de una cartera de inversión. Pero, ¿cómo deberías configurarla exactamente? Muchos principiantes no saben por dónde empezar. Hoy vamos a desglosar la lógica detrás de la inversión en cartera.

## ¿Qué es exactamente una cartera de inversión?

**Una cartera de inversión (Investment Portfolio) es la forma en que un inversor mantiene varias clases de activos financieros en proporciones determinadas**. Estos activos pueden incluir acciones, fondos, bonos, depósitos bancarios e incluso criptomonedas.

¿Y por qué hacer esto? Imagina que inviertes todo en acciones; cuando el mercado se desploma, tu patrimonio se reducirá drásticamente. Pero si también tienes en tu cartera activos con diferentes niveles de riesgo, como bonos y depósitos, cuando las acciones bajen, estos otros activos podrían mantenerse estables, equilibrando las pérdidas generales. **Este es el valor de una cartera diversificada: equilibrar riesgos y rendimientos mediante la diversificación de activos, protegiendo tu salud financiera**.

En pocas palabras, un estado financiero saludable es como ganar peso de forma estable y sostenible, no con fluctuaciones extremas.

## Los tres factores que determinan cómo debes configurar tu cartera

Pero, cada cartera es diferente. ¿Por qué? Porque hay tres factores clave que influyen en la decisión.

### Factor uno: ¿Cuánto riesgo puedes soportar?

**La tolerancia al riesgo es el factor decisivo más directo**. Algunas personas nacen con una inclinación a la aventura, dispuestas a arriesgar capital para obtener mayores beneficios; otras son conservadoras, prefiriendo estabilidad y evitando grandes fluctuaciones. Estas diferencias personales se reflejan directamente en la asignación de activos.

Los inversores con alta tolerancia al riesgo, incluirán en su cartera más acciones y activos de alto riesgo; los inversores neutrales buscarán un equilibrio; y los que temen al riesgo preferirán bonos y depósitos bancarios, que son activos defensivos.

### Factor dos: ¿Qué edad tienes ahora?

**La edad suele ser más importante de lo que imaginas**. Un trabajador de 28 años y una persona de 65 años en retiro, enfrentando las mismas oportunidades de inversión, deberían tomar decisiones completamente diferentes.

¿Y por qué? Porque los jóvenes tienen tiempo. Si a los 30 años tu cartera cae un 30%, aún tienes 35 años de trabajo para ganar dinero y acumular fondos, y puedes revertir la situación cuando el mercado rebote. Pero si tienes 65 años y estás jubilado, las oportunidades de ganar dinero con trabajo son escasas, y soportar pérdidas significativas sería demasiado costoso.

Por eso, los jóvenes pueden optar por carteras de mayor riesgo para acelerar el crecimiento de su patrimonio; y las personas cercanas o ya en retiro deberían cambiar a configuraciones más conservadoras y de bajo riesgo.

### Factor tres: ¿Qué activos estás invirtiendo? ¿Cómo está el entorno del mercado?

Este aspecto a menudo se pasa por alto, pero es crucial. **Las diferentes clases de activos tienen riesgos muy distintos, incluso dentro de la misma categoría, el riesgo puede variar según el entorno del mercado**.

Por ejemplo, los fondos: los fondos monetarios y los fondos indexados parecen similares, pero son muy diferentes en naturaleza. Los fondos monetarios tienen alta liquidez, con riesgos y rendimientos muy bajos; los fondos indexados, en cambio, tienen riesgos y rendimientos más altos, y menor liquidez.

Observa también los fondos que siguen índices: los fondos de mercados emergentes y los de mercados desarrollados tienen riesgos muy diferentes. Los mercados emergentes son más susceptibles a influencias geopolíticas, políticas económicas y otros factores inestables, y sus empresas suelen concentrarse en sectores como recursos y energía, que son más vulnerables a impactos internacionales. Los mercados desarrollados, en cambio, tienen industrias más diversificadas y una mayor capacidad para resistir riesgos.

Según datos, entre 2017 y 2020, los ETF de mercados emergentes y los ETF de la zona euro tuvieron aumentos similares, pero entre 2020 y 2022, cuando el entorno del mercado empeoró, la caída de los ETF de mercados emergentes (15.5%) superó ampliamente a la de los ETF de la zona euro (5.8%). Esto muestra cómo el entorno influye en los resultados.

## Los esquemas más comunes de asignación de cartera

Tras entender estos tres factores, veamos los tres esquemas de asignación más comunes, diseñados según la tolerancia al riesgo del inversor:

**Inversores con alta tolerancia al riesgo** suelen configurar así: 50% en acciones, 30% en fondos, 15% en bonos y 5% en depósitos. Este esquema enfatiza el crecimiento, ideal para jóvenes que quieren aumentar rápidamente su patrimonio.

**Inversores neutrales** prefieren un equilibrio: 35% en acciones, 35% en fondos, 25% en bonos y 5% en depósitos. Es una estrategia “agresiva pero con protección”.

**Inversores conservadores** optan por una configuración más prudente: 20% en acciones, 40% en fondos, 35% en bonos y 5% en depósitos. Enfocada en la preservación del capital y la estabilidad de ingresos.

Si un inversor tiene una tolerancia al riesgo muy alta, también puede destinar entre 100 y 200 dólares a instrumentos de alto riesgo como divisas o criptomonedas, siempre que pueda soportar pérdidas en esa cantidad.

Además de la asignación entre activos, también puedes configurar dentro de una misma clase: por ejemplo, si solo inviertes en fondos, un inversor con alta tolerancia puede asignar 60% en fondos de acciones, 30% en fondos de bonos y 10% en fondos de commodities; uno neutral, 40%, 40% y 20%; y uno conservador, 20%, 60% y 20%.

El principio fundamental es uno solo: **nunca pongas todos los huevos en una sola cesta**.

## ¿Cómo diseñar tu cartera si eres principiante?

Tras entender la teoría, pasemos a la práctica. Para un principiante, diseñar una cartera requiere tres pasos.

### Primer paso: conocerte a ti mismo

Primero, debes entender tu tolerancia al riesgo. Puedes buscar en línea tests de perfil de riesgo y responder una serie de preguntas para evaluar si eres un inversor con alta, media o baja tolerancia.

Una vez definido esto, pregúntate: ¿cuáles son mis objetivos de inversión?

**Incremento de patrimonio**: establece metas concretas, como duplicar en 5 años. Es adecuado para jóvenes aventureros, porque “el dinero se hace arriesgando”.

**Preservación del patrimonio**: busca mantener el capital y superar la inflación. Es para quienes están satisfechos con su patrimonio actual o ya están jubilados.

**Flujo de efectivo suficiente**: prioriza tener dinero disponible en todo momento. Ideal para emprendedores o personas que necesitan flexibilidad financiera.

### Segundo paso: entender los activos de inversión

Antes de configurar la cartera, debes tener una idea básica de los activos que eliges. ¿Cuál es el riesgo, el rendimiento y la liquidez de acciones, fondos, bonos y depósitos? Debes tenerlo claro.

### Tercer paso: poner manos a la obra

Un ejemplo práctico. Supón que A tiene 28 años y quiere invertir 100 millones de dólares.

A es joven, con actitud proactiva, y su tolerancia al riesgo es alta. Su objetivo es duplicar en 5 años. Tras decidir en qué activos invertir (acciones, fondos y depósitos), la distribución sería:

**Acciones: 50 millones** (50% de la cartera)
**Fondos: 30 millones** (30%)
**Depósitos: 10 millones** (10%)
**Fondo de reserva: 10 millones** (para imprevistos)

Así, A busca un 50% de rentabilidad con acciones, un 30% con fondos de riesgo medio, y mantiene un 10% en depósitos y reserva para seguridad.

Lo importante aquí: **reserva siempre fondos para emergencias**. De lo contrario, si necesitas dinero urgentemente, tendrás que vender activos en pérdidas.

Tras configurar, también debes revisar y ajustar periódicamente, porque el entorno del mercado y tu situación personal cambian, y la asignación inicial puede desbalancearse con el tiempo.

## El riesgo de la inversión en cartera: no es solo configuración, también gestión emocional

**Una cartera puede reducir riesgos, pero no eliminarlos**. La volatilidad del mercado, crisis económicas, eventos imprevistos, todo puede afectar tus inversiones.

Además del riesgo de mercado, existen riesgos sectoriales, inflacionarios, de tasas de interés, etc. Pero lo más importante es que **el verdadero riesgo de una cartera suele venir de la actitud y comportamiento del inversor**.

Tras configurar la cartera, si el mercado cae de repente, ¿puedes mantener la calma? ¿O entrarás en pánico y venderás en pérdidas? Cuando un activo se dispara, ¿resistirás la tentación de comprar en la cima? La capacidad de tomar decisiones racionales en estos momentos determina el éxito o fracaso final de tu inversión.

### ¿Cómo afrontar estos riesgos?

**Establece puntos de toma de ganancias y stop-loss**: fija de antemano los precios objetivos. Cuando un activo suba hasta el objetivo, realiza ganancias; si baja hasta el nivel de stop, corta pérdidas para evitar daños mayores por volatilidad.

**Diversifica en diferentes regiones y sectores**: no solo en activos, también en geografías y industrias. Así, las caídas en un mercado o sector no afectarán demasiado a toda la cartera.

**Revisa y ajusta periódicamente**: según cambien las condiciones del mercado y tu situación personal, evalúa y modifica tu cartera. Si algún activo rinde mal o tu situación cambia, ajusta a tiempo.

**Mantén la calma**: las fluctuaciones a corto plazo son normales. No te asustes por caídas temporales. Mantén una visión a largo plazo y confía en el poder del tiempo.

En definitiva, **crear una cartera sólida requiere conocimientos y también gestión emocional**. Saber cómo configurarla es la base, pero mantener la racionalidad en medio de la volatilidad es lo que distingue a los expertos.

## Preguntas frecuentes

**Q: No tengo mucho dinero, ¿puedo hacer una cartera de inversión?**
A: Claro que sí. La clave está en los mínimos de inversión. Muchos fondos y bonos tienen requisitos bajos; en España, algunos fondos se pueden comprar desde 300 euros. Mientras puedas cumplir con los mínimos, puedes empezar a configurar.

**Q: ¿Configurar una cartera garantiza ganancias?**
A: No necesariamente. La cartera es solo una herramienta para equilibrar riesgos y beneficios. La rentabilidad dependerá del entorno del mercado y de los activos elegidos. Es importante seguir monitoreando y ajustando periódicamente, y tener una buena idea del potencial de cada activo antes de invertir.

**Q: ¿Cuánto hay que aprender para configurar una cartera?**
A: Lo básico es entender los activos que eliges: su potencial, cuándo comprar o vender, y su relación riesgo-beneficio. También desarrollar cierta capacidad analítica será suficiente.

**Q: ¿Puedo copiar la cartera de otra persona?**
A: Puedes tomarla como referencia, pero no copiarla exactamente. Es mejor ajustarla a tus objetivos y situación personal, o consultar a un asesor financiero para que te la adapte.

**Q: ¿Puedo dejar la cartera sin tocar después de configurarla?**
A: Para nada. Tras configurarla, debes revisarla y ajustarla periódicamente. El entorno macroeconómico cambia, y activos que antes funcionaban bien pueden deteriorarse. La gestión activa es clave; una cartera no es de “configurar y olvidar”.
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