Datos de PCE de diciembre: Qué significa la cifra de inflación de EE. UU. para los inversores

Los mercados centran toda su atención en el próximo viernes, 31 de enero. Ese día, la Oficina de Análisis Económico (BEA) publicará antes de la apertura bursátil los datos del PCE de diciembre de 2024, un dato que será crucial para la futura política monetaria de la Reserva Federal.

Por qué los datos del PCE son tan decisivos para los inversores

Los mercados observan con intensidad a la Fed, pero muchos inversores se concentran en el índice de inflación equivocado. Mientras que en los medios domina el índice de precios al consumidor (CPI), la propia Fed utiliza otra medida: el índice de gastos de consumo personal, en breve PCE. Este se publica regularmente al final del mes siguiente y ofrece a la Reserva Federal una imagen más precisa de la evolución real de los precios.

Los datos de diciembre llegan en un momento crítico. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) se reúne los días 28 y 29 de enero y tomará una decisión sobre los tipos de interés. Las cifras del PCE, dos días después, proporcionarán puntos de referencia importantes para la fijación de la política en la próxima reunión del FOMC en marzo.

PCE versus CPI: por qué la Fed sigue un camino diferente

La diferencia entre el índice PCE y el CPI es fundamental. El PCE refleja los patrones de gasto de todos los hogares estadounidenses, urbanos y rurales, así como los gastos realizados por empleadores o el Estado en nombre de los consumidores. En cambio, el CPI solo considera hogares urbanos y se basa en una cesta de bienes fija.

Aún más importante: el PCE se revaloriza mensualmente, mientras que el CPI solo una vez al año. Esto hace que el PCE sea más dinámico y reactivo a los cambios en el comportamiento de consumo. Otra ventaja del PCE es su alcance. El índice incluye la atención médica, pagada por terceros, un gran componente en la economía estadounidense que el CPI no cubre.

Aproximadamente dos tercios del gasto interno se reflejan en el PCE, lo que le confiere una alta relevancia para la evolución general de los precios en la economía. El PCE núcleo, que excluye alimentos y energía, ofrece a la Fed una imagen más clara de la inflación estructural, independiente de las fluctuaciones a corto plazo en los precios de las materias primas.

Las señales recientes apuntan a una pausa

La buena noticia para quienes esperan una bajada de tipos: las últimas publicaciones del PCE envían señales tranquilizadoras. En noviembre, el núcleo del PCE subió solo un 0,1 por ciento mensual, una caída significativa tras meses de estancamiento. Los precios de los servicios básicos aumentaron un 0,2 por ciento, marcando el incremento más lento desde agosto. Destaca especialmente que los precios de los bienes básicos sin energía cayeron por primera vez en tres meses.

Este desarrollo inicialmente calmó a los mercados. Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense bajaron y el dólar se debilitó. Muchos participantes interpretaron esto como una señal de posibles nuevas bajadas de tipos por parte de la Fed en 2025.

Pero la euforia duró poco. El informe del mercado laboral de diciembre, publicado a principios de enero, sorprendió con cifras mucho más fuertes de lo esperado. Esto planteó dudas sobre la velocidad real de la caída de la inflación.

Lo que indican los datos económicos ahora

Los indicadores económicos más recientes de enero apuntan, sin embargo, a una moderación en la evolución de los precios. El 14 de enero se mostró que la inflación en el comercio mayorista ha bajado sorprendentemente. El índice de precios al productor (PPI) para la demanda final subió un 0,2 por ciento mensual, muy por debajo del pronóstico de los economistas del 0,4 por ciento.

Un día después, el CPI de diciembre fue algo más alto de lo previsto, pero el núcleo del CPI, que subió un 0,2 por ciento mensual, mostró un crecimiento mucho más débil que en meses anteriores.

Ante esta dinámica, las expectativas para los próximos datos del PCE son moderadas. El mercado calcula con incrementos moderados. Un resultado así podría impulsar una tendencia alcista, especialmente si los datos están por debajo de las previsiones.

El escenario con datos más calurosos

El escenario opuesto conlleva riesgos considerables. Si los datos del PCE resultan significativamente más altos y señalan que los impulsores de precios son de carácter estructural y no solo temporales, el mercado podría verse bajo presión de ventas. Las expectativas pesimistas respecto a los pasos de la Fed en los tipos de interés podrían desencadenar rápidamente un clima de ventas.

Lo crucial es que la Fed trabaja de forma “dependiente de los datos”. Ningún dato individual determina la política monetaria. Más bien, es la visión global de varios indicadores la que puede revelar una tendencia, como ya han destacado varios miembros del FOMC.

Recomendación para los inversores

Los inversores no deben analizar los datos del PCE de EE. UU. del 31 de enero de forma aislada, sino en un contexto económico más amplio. Al mismo tiempo, es recomendable mantener la flexibilidad. La publicación antes de la apertura bursátil puede provocar movimientos significativos en el mercado. Se deben revisar y, si es necesario, ajustar las posiciones de la cartera para estar preparados para diferentes escenarios. En un entorno dependiente de los datos como este, la adaptabilidad sigue siendo la clave del éxito.

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