Autor original: Eswar Prasad, profesor de economía en la Universidad de Cornell
Traducción original: Eric, Foresight News
Los primeros revolucionarios de las criptomonedas tenían como objetivo romper el monopolio de los bancos centrales y las grandes instituciones de préstamos comerciales sobre los intermediarios financieros. El objetivo ambicioso de Bitcoin, el primer activo criptográfico, y la tecnología blockchain que lo respalda, es eludir a los intermediarios y conectar directamente a las partes involucradas en las transacciones.
Esta tecnología tiene como objetivo lograr la democratización financiera, permitiendo que todas las personas, independientemente de su riqueza, puedan acceder fácilmente a una amplia gama de servicios bancarios y financieros. Las nuevas instituciones financieras utilizarán esta tecnología para ofrecer servicios financieros competitivos, que incluyen productos personalizados de ahorro, crédito y gestión de riesgos, sin necesidad de establecer costosas sucursales físicas. Todo esto tiene como propósito deshacerse de las antiguas instituciones financieras que perdieron la confianza del público durante la crisis financiera global y establecer un nuevo orden financiero. En este nuevo mundo financiero descentralizado, la competencia y la innovación prosperarán. Tanto los consumidores como las empresas se beneficiarán de ello.
Pero esta revolución fue rápidamente derrocada. Activos criptográficos descentralizados como Bitcoin, que en esencia son creados y gestionados por algoritmos informáticos, han demostrado ser inviables como medio de intercambio. Su valor fluctúa drásticamente y no pueden manejar grandes volúmenes de transacciones a bajo costo, lo que los hace inadecuados para el uso diario y provoca que no se cumplan los objetivos esperados. En cambio, Bitcoin y otros activos criptográficos terminaron convirtiéndose en lo que originalmente no debían ser: activos financieros especulativos.
La aparición de las stablecoins ha llenado este vacío, convirtiéndose en un medio de intercambio más confiable. Utilizan la misma tecnología de blockchain que Bitcoin, pero mantienen la estabilidad del valor al estar vinculadas uno a uno con las reservas monetarias de los bancos centrales o los bonos del gobierno.
Las stablecoins han fomentado el desarrollo de las finanzas descentralizadas, pero en sí mismas van en contra de la descentralización. No dependen de la confianza descentralizada mediada por código informático, sino de la confianza en la entidad emisora. Su gobernanza tampoco es descentralizada, ya que los usuarios no deciden las reglas a través de un consenso público. En cambio, la entidad emisora de las stablecoins decide quién puede usarlas y cómo. Las transacciones de stablecoins, al igual que las de Bitcoin, se registran en un libro mayor digital mantenido por una red descentralizada compuesta por nodos informáticos. Pero a diferencia de Bitcoin, las transacciones son validadas por la entidad emisora de las stablecoins, no por algoritmos informáticos.
canal de pago
Quizás objetivos más grandiosos sean más importantes. Las stablecoins aún pueden convertirse en un canal para que personas de todos los niveles de ingresos accedan a pagos digitales y DeFi, debilitando los privilegios que han disfrutado durante mucho tiempo los bancos comerciales tradicionales y, en ciertos aspectos, reduciendo la brecha entre países ricos y pobres. Incluso los países pequeños pueden beneficiarse al acceder más fácilmente al sistema financiero global, reduciendo la fricción con los sistemas de pago.
Las stablecoins realmente reducen los costos de pago y disminuyen la fricción en los pagos, especialmente en el ámbito de los pagos transfronterizos. Los inmigrantes económicos pueden enviar remesas a casa de manera más conveniente y económica que nunca. Los importadores y exportadores pueden completar transacciones con el extranjero de inmediato, sin tener que esperar varios días.
Sin embargo, además de los pagos, DeFi se ha convertido en un escenario de ingeniería financiera, dando lugar a muchos productos complejos cuyo valor es dudoso más allá de la especulación. Las actividades de DeFi casi no han mejorado la vida de las familias en situación de pobreza, e incluso pueden perjudicar los intereses de los inversores minoristas que, atraídos por altos rendimientos, ignoran los riesgos y carecen de experiencia.
cambio regulatorio
¿La reciente legislación de EE. UU. que permite a diversas empresas emitir su propia moneda estable fomentará la competencia y limitará a algunas instituciones emisoras de mala reputación? En 2019, Meta intentó emitir su propia moneda estable Libra (que luego fue renombrada como Diem). Sin embargo, debido a la fuerte oposición de los organismos reguladores financieros, el proyecto fue finalmente suspendido. Los reguladores temían que esta moneda estable pudiera debilitar la efectividad de la moneda del banco central.
Con el cambio en el entorno regulatorio de Washington y la llegada de un nuevo gobierno que tiene una actitud amigable hacia las criptomonedas, las puertas se han abierto para los emisores privados de stablecoins. Las stablecoins emitidas por grandes empresas estadounidenses como Amazon y Meta, respaldadas por sus sólidos balances, podrían barrer a otros emisores. La emisión de stablecoins fortalecerá a estas empresas, lo que llevará a un aumento en la concentración del mercado en lugar de una intensificación de la competencia.
Los grandes bancos comerciales también están adoptando algunas nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia operativa y ampliar su alcance. Por ejemplo, convertir los depósitos bancarios en tokens digitales que se pueden negociar en la blockchain. Se puede prever que en algún momento del futuro, los grandes bancos podrían emitir su propia moneda estable. Todo esto debilitará las ventajas de los bancos pequeños (como las instituciones de préstamos regionales y comunitarias) y consolidará el poder de los grandes bancos.
posición de liderazgo internacional
Las stablecoins también pueden fortalecer la estructura existente del sistema monetario internacional. La demanda de stablecoins respaldadas por el dólar es la más alta y se utilizan ampliamente en todo el mundo. Finalmente, podrían aumentar indirectamente la posición dominante del dólar en el sistema de pagos global y debilitar a los competidores potenciales. Por ejemplo, la empresa Circle, que emite la segunda stablecoin más popular, USDC, tiene una demanda muy baja para sus otras stablecoins (que están vinculadas a monedas principales como el euro y el yen).
Incluso los principales bancos centrales están inquietos. La gente teme que las stablecoins respaldadas por el dólar puedan ser utilizadas para pagos transfronterizos, lo que ha llevado al Banco Central Europeo a emitir el euro digital. El sistema de pagos dentro de la zona euro sigue siendo fragmentado. Aunque es posible transferir dinero de una cuenta bancaria en Grecia a una cuenta bancaria en Alemania, utilizar fondos de cuentas bancarias de otros países de la zona euro para realizar pagos en otro país de la zona euro todavía no es lo suficientemente conveniente.
Las stablecoins representan una amenaza para la composición monetaria de las economías pequeñas. En algunos países en desarrollo, las personas pueden confiar más en las stablecoins emitidas por empresas reconocidas como Amazon y Meta, en lugar de las monedas locales que sufren de alta inflación y fluctuaciones en el tipo de cambio. Incluso en economías bien gestionadas con bancos centrales confiables, las personas pueden encontrar difícil resistir la tentación de las stablecoins, ya que son convenientes tanto para pagos nacionales como internacionales, y su valor está vinculado a las principales monedas globales.
la ineficiencia de los sistemas de pago tradicionales
¿Por qué los stablecoins han obtenido tanta atención tan rápidamente? Una de las razones es que los altos costos, la baja velocidad de procesamiento, los procesos complicados y otros problemas de ineficiencia siguen afectando los sistemas de pago internacionales e incluso los sistemas de pago nacionales de muchos países. Algunos países están considerando emitir su propio stablecoin para evitar que su moneda local sea marginada por los stablecoins respaldados por el dólar. Pero es poco probable que este enfoque tenga éxito. Lo mejor sería que primero resolvieran los problemas de sus sistemas de pago nacionales y colaboraran con otros países para eliminar las fricciones en los pagos internacionales.
Las stablecoins parecen seguras, pero en realidad esconden muchos riesgos. En primer lugar, pueden fomentar actividades financieras ilegales, lo que dificulta la lucha contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo. En segundo lugar, establecerán sistemas de pago independientes gestionados por empresas privadas, lo que amenazará la integridad de los sistemas de pago.
solución
La solución parece evidente: una regulación efectiva puede reducir riesgos, dejar espacio para la innovación financiera y garantizar la competencia justa al frenar la concentración excesiva del poder económico en manos de unas pocas empresas. Internet no tiene fronteras, por lo que la regulación de las stablecoins a nivel nacional es mucho menos eficaz que un modelo de cooperación en el que participen varios países.
Lamentablemente, en un contexto de escasa cooperación internacional y donde cada país está activamente defendiendo y promoviendo sus propios intereses, es poco probable que se logre este resultado. Incluso economías principales como Estados Unidos y la zona euro están actuando de manera independiente en cuestiones de regulación de criptomonedas. Aun adoptando un enfoque más coordinado, a las economías más pequeñas les resulta difícil participar en la toma de decisiones. Estos países tienen sistemas financieros débiles, capacidades regulatorias limitadas y grandes expectativas sobre un sistema regulatorio sólido, y pueden verse obligados a aceptar reglas impuestas por potencias que prácticamente ignoran sus propios intereses.
La función de las stablecoins radica en revelar las ineficiencias que existen en el sistema financiero actual y mostrar cómo la tecnología innovadora puede solucionar estos problemas. Sin embargo, las stablecoins también pueden llevar a una mayor concentración de poder. Esto podría dar lugar a un nuevo orden financiero, que no sea el sistema lleno de innovación y competencia, con una distribución de poder financiero más justa, como lo imaginaron los pioneros de las criptomonedas, sino que podría generar una mayor inestabilidad.
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moneda estable paradoja
Autor original: Eswar Prasad, profesor de economía en la Universidad de Cornell
Traducción original: Eric, Foresight News
Los primeros revolucionarios de las criptomonedas tenían como objetivo romper el monopolio de los bancos centrales y las grandes instituciones de préstamos comerciales sobre los intermediarios financieros. El objetivo ambicioso de Bitcoin, el primer activo criptográfico, y la tecnología blockchain que lo respalda, es eludir a los intermediarios y conectar directamente a las partes involucradas en las transacciones.
Esta tecnología tiene como objetivo lograr la democratización financiera, permitiendo que todas las personas, independientemente de su riqueza, puedan acceder fácilmente a una amplia gama de servicios bancarios y financieros. Las nuevas instituciones financieras utilizarán esta tecnología para ofrecer servicios financieros competitivos, que incluyen productos personalizados de ahorro, crédito y gestión de riesgos, sin necesidad de establecer costosas sucursales físicas. Todo esto tiene como propósito deshacerse de las antiguas instituciones financieras que perdieron la confianza del público durante la crisis financiera global y establecer un nuevo orden financiero. En este nuevo mundo financiero descentralizado, la competencia y la innovación prosperarán. Tanto los consumidores como las empresas se beneficiarán de ello.
Pero esta revolución fue rápidamente derrocada. Activos criptográficos descentralizados como Bitcoin, que en esencia son creados y gestionados por algoritmos informáticos, han demostrado ser inviables como medio de intercambio. Su valor fluctúa drásticamente y no pueden manejar grandes volúmenes de transacciones a bajo costo, lo que los hace inadecuados para el uso diario y provoca que no se cumplan los objetivos esperados. En cambio, Bitcoin y otros activos criptográficos terminaron convirtiéndose en lo que originalmente no debían ser: activos financieros especulativos.
La aparición de las stablecoins ha llenado este vacío, convirtiéndose en un medio de intercambio más confiable. Utilizan la misma tecnología de blockchain que Bitcoin, pero mantienen la estabilidad del valor al estar vinculadas uno a uno con las reservas monetarias de los bancos centrales o los bonos del gobierno.
Las stablecoins han fomentado el desarrollo de las finanzas descentralizadas, pero en sí mismas van en contra de la descentralización. No dependen de la confianza descentralizada mediada por código informático, sino de la confianza en la entidad emisora. Su gobernanza tampoco es descentralizada, ya que los usuarios no deciden las reglas a través de un consenso público. En cambio, la entidad emisora de las stablecoins decide quién puede usarlas y cómo. Las transacciones de stablecoins, al igual que las de Bitcoin, se registran en un libro mayor digital mantenido por una red descentralizada compuesta por nodos informáticos. Pero a diferencia de Bitcoin, las transacciones son validadas por la entidad emisora de las stablecoins, no por algoritmos informáticos.
canal de pago
Quizás objetivos más grandiosos sean más importantes. Las stablecoins aún pueden convertirse en un canal para que personas de todos los niveles de ingresos accedan a pagos digitales y DeFi, debilitando los privilegios que han disfrutado durante mucho tiempo los bancos comerciales tradicionales y, en ciertos aspectos, reduciendo la brecha entre países ricos y pobres. Incluso los países pequeños pueden beneficiarse al acceder más fácilmente al sistema financiero global, reduciendo la fricción con los sistemas de pago.
Las stablecoins realmente reducen los costos de pago y disminuyen la fricción en los pagos, especialmente en el ámbito de los pagos transfronterizos. Los inmigrantes económicos pueden enviar remesas a casa de manera más conveniente y económica que nunca. Los importadores y exportadores pueden completar transacciones con el extranjero de inmediato, sin tener que esperar varios días.
Sin embargo, además de los pagos, DeFi se ha convertido en un escenario de ingeniería financiera, dando lugar a muchos productos complejos cuyo valor es dudoso más allá de la especulación. Las actividades de DeFi casi no han mejorado la vida de las familias en situación de pobreza, e incluso pueden perjudicar los intereses de los inversores minoristas que, atraídos por altos rendimientos, ignoran los riesgos y carecen de experiencia.
cambio regulatorio
¿La reciente legislación de EE. UU. que permite a diversas empresas emitir su propia moneda estable fomentará la competencia y limitará a algunas instituciones emisoras de mala reputación? En 2019, Meta intentó emitir su propia moneda estable Libra (que luego fue renombrada como Diem). Sin embargo, debido a la fuerte oposición de los organismos reguladores financieros, el proyecto fue finalmente suspendido. Los reguladores temían que esta moneda estable pudiera debilitar la efectividad de la moneda del banco central.
Con el cambio en el entorno regulatorio de Washington y la llegada de un nuevo gobierno que tiene una actitud amigable hacia las criptomonedas, las puertas se han abierto para los emisores privados de stablecoins. Las stablecoins emitidas por grandes empresas estadounidenses como Amazon y Meta, respaldadas por sus sólidos balances, podrían barrer a otros emisores. La emisión de stablecoins fortalecerá a estas empresas, lo que llevará a un aumento en la concentración del mercado en lugar de una intensificación de la competencia.
Los grandes bancos comerciales también están adoptando algunas nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia operativa y ampliar su alcance. Por ejemplo, convertir los depósitos bancarios en tokens digitales que se pueden negociar en la blockchain. Se puede prever que en algún momento del futuro, los grandes bancos podrían emitir su propia moneda estable. Todo esto debilitará las ventajas de los bancos pequeños (como las instituciones de préstamos regionales y comunitarias) y consolidará el poder de los grandes bancos.
posición de liderazgo internacional
Las stablecoins también pueden fortalecer la estructura existente del sistema monetario internacional. La demanda de stablecoins respaldadas por el dólar es la más alta y se utilizan ampliamente en todo el mundo. Finalmente, podrían aumentar indirectamente la posición dominante del dólar en el sistema de pagos global y debilitar a los competidores potenciales. Por ejemplo, la empresa Circle, que emite la segunda stablecoin más popular, USDC, tiene una demanda muy baja para sus otras stablecoins (que están vinculadas a monedas principales como el euro y el yen).
Incluso los principales bancos centrales están inquietos. La gente teme que las stablecoins respaldadas por el dólar puedan ser utilizadas para pagos transfronterizos, lo que ha llevado al Banco Central Europeo a emitir el euro digital. El sistema de pagos dentro de la zona euro sigue siendo fragmentado. Aunque es posible transferir dinero de una cuenta bancaria en Grecia a una cuenta bancaria en Alemania, utilizar fondos de cuentas bancarias de otros países de la zona euro para realizar pagos en otro país de la zona euro todavía no es lo suficientemente conveniente.
Las stablecoins representan una amenaza para la composición monetaria de las economías pequeñas. En algunos países en desarrollo, las personas pueden confiar más en las stablecoins emitidas por empresas reconocidas como Amazon y Meta, en lugar de las monedas locales que sufren de alta inflación y fluctuaciones en el tipo de cambio. Incluso en economías bien gestionadas con bancos centrales confiables, las personas pueden encontrar difícil resistir la tentación de las stablecoins, ya que son convenientes tanto para pagos nacionales como internacionales, y su valor está vinculado a las principales monedas globales.
la ineficiencia de los sistemas de pago tradicionales
¿Por qué los stablecoins han obtenido tanta atención tan rápidamente? Una de las razones es que los altos costos, la baja velocidad de procesamiento, los procesos complicados y otros problemas de ineficiencia siguen afectando los sistemas de pago internacionales e incluso los sistemas de pago nacionales de muchos países. Algunos países están considerando emitir su propio stablecoin para evitar que su moneda local sea marginada por los stablecoins respaldados por el dólar. Pero es poco probable que este enfoque tenga éxito. Lo mejor sería que primero resolvieran los problemas de sus sistemas de pago nacionales y colaboraran con otros países para eliminar las fricciones en los pagos internacionales.
Las stablecoins parecen seguras, pero en realidad esconden muchos riesgos. En primer lugar, pueden fomentar actividades financieras ilegales, lo que dificulta la lucha contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo. En segundo lugar, establecerán sistemas de pago independientes gestionados por empresas privadas, lo que amenazará la integridad de los sistemas de pago.
solución
La solución parece evidente: una regulación efectiva puede reducir riesgos, dejar espacio para la innovación financiera y garantizar la competencia justa al frenar la concentración excesiva del poder económico en manos de unas pocas empresas. Internet no tiene fronteras, por lo que la regulación de las stablecoins a nivel nacional es mucho menos eficaz que un modelo de cooperación en el que participen varios países.
Lamentablemente, en un contexto de escasa cooperación internacional y donde cada país está activamente defendiendo y promoviendo sus propios intereses, es poco probable que se logre este resultado. Incluso economías principales como Estados Unidos y la zona euro están actuando de manera independiente en cuestiones de regulación de criptomonedas. Aun adoptando un enfoque más coordinado, a las economías más pequeñas les resulta difícil participar en la toma de decisiones. Estos países tienen sistemas financieros débiles, capacidades regulatorias limitadas y grandes expectativas sobre un sistema regulatorio sólido, y pueden verse obligados a aceptar reglas impuestas por potencias que prácticamente ignoran sus propios intereses.
La función de las stablecoins radica en revelar las ineficiencias que existen en el sistema financiero actual y mostrar cómo la tecnología innovadora puede solucionar estos problemas. Sin embargo, las stablecoins también pueden llevar a una mayor concentración de poder. Esto podría dar lugar a un nuevo orden financiero, que no sea el sistema lleno de innovación y competencia, con una distribución de poder financiero más justa, como lo imaginaron los pioneros de las criptomonedas, sino que podría generar una mayor inestabilidad.